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TEORÍA DE LA LUNA ARTIFICIAL: ¿ES UN SATÉLITE CONSTRUÍDO POR CIVILIZACIONES AVANZADAS?

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  Imagina que todo lo que te enseñaron sobre la Luna es falso... ¿Y si no es una roca, sino una  máquina  colocada ahí para controlar la Tierra?  Desde tiempos ancestrales, la Luna ha sido objeto de fascinación, misterio y culto. Su influencia en las mareas, los ciclos biológicos e incluso en la mitología humana es innegable. Sin embargo, ¿y si la Luna no fuera un satélite natural, sino una construcción artificial? Esta es la premisa de la  Teoría de la Luna Artificial , una hipótesis que sugiere que nuestro satélite podría haber sido creado o colocado intencionalmente por una civilización avanzada. Orígenes de la Teoría de la Luna Artificial 1. Antiguas Civilizaciones y Mitos Lunares Muchas culturas antiguas tenían mitos que describían una época "sin Luna". Por ejemplo: Los  dogones  de África hablaban de una "estrella compañera" antes de la Luna. Textos  griegos  mencionan que los arcadios eran un pueblo "pre-lunar". Los  zulúes  ...

LA REAL ACADÉMIA ESPAÑOLA DE LA LENGUA Y EL "MICROMACHISMO"

En trescientos años de vida, la Real Academia Española de la Lengua sólo ha permitido ocupar sillón de académico a nueve mujeres frente a los 470 hombres miembros.

En la actualidad, de los 46 miembros de número de la RAE, seis son mujeres. Ninguna ha sido directora de la institución.

RAE, la casa de las palabras

Sillones de los miembros de la RAE

La Real Academia Española de laLengua (RAE), con sede en Madrid, es una institución cultural añeja que data de 1713, partiendo de una iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, VIII marqués de Villena, con el objeto de fijar y consolidar las reglas, las voces y los vocablos de la lengua castellana.

Se marcó como objetivo esencial desde su creación la elaboración de un diccionario de la lengua castellana, «el más copioso que pudiera hacerse». Ese propósito se hizo realidad con la publicación del Diccionario de autoridades, editado en seis volúmenes, entre 1726 y 1739.


María Isidra de Guzmán
A diferencia de otros países como Francia, Italia o Portugal, hasta los primeros años del siglo XVIII España no tenía un gran diccionario como referencia de su lengua.

Su creación, obedeciendo al criterio de que el castellano había llegado en ese momento a su plenitud, fue aprobada el 3 de octubre de 1714 por Real Cédula de Felipe V, quien la acogió bajo su «amparo y Real Protección».

Se representó tal finalidad con la leyenda Limpia, fija y da esplendor. Nació, por tanto, la institución como un centro de trabajo eficaz, según decían los fundadores, «al servicio del honor de la nación».


Carmen Conde


Esta vocación de utilidad colectiva se convirtió en la principal seña de identidad de la Academia Española, diferenciándola de otras academias que habían proliferado en los siglos de oro y que estaban concebidas como meras tertulias literarias de carácter ocasional.


Elena Quiroga

No obstante, en los nuevos estatutos aprobados en 1993, se consideró necesario supeditar el antiguo lema fundacional -Limpia, fija y da esplendor- al objetivo superior de trabajar al servicio de la unidad idiomática. Así, en su artículo primero se establece que la Academia “tiene como misión principal velar porque los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico”.


Carmen Iglesias
En 1726 se publica el primer volumen del gran diccionario de la época, y en 1741 el de ortografía. Y después, una gramática.

Junto con otras veintiuna academias correspondientes a sendos países donde se habla español, en 1951 se fundó la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), para la colaboración y promoción de una política lingüística panhispánica. 


Ana María Matute



¿Mujeres?. ¡No, gracias!

Hoy día son 46 los miembros de número de la Real Academia Española. Estos son elegidos por cooptación, es decir, que las vacantes que se producen se llenan mediante el voto del resto de los integrantes. Sin embargo, por respeto al fallecido, el nuevo académico no puede ocupar su sillón antes de los seis meses del óbito.

Las plazas de académico de número se denominan «sillas», que tradicionalmente se han distribuido de acuerdo a letras del alfabeto latino, tanto mayúsculas como minúsculas.


Margarita Salas


Hasta la fecha han ocupado un sillón en la RAE un total de 470 académicos, provenientes y relacionados todos ellos con el mundo de la cultura como poetas, dramaturgos, periodistas, empresarios, ensayistas, filólogos, historiadores, lingüistas, etc.

A lo largo de sus trescientos años de historia, un total de veintinueve directores han regido los destinos de la RAE, aunque dos de ellos —Ramón Menéndez Pidal y José María Pemán— repitieron en su cargo en dos períodos diferentes de sus vidas.


Soledad Puertolas



Ninguna mujer ha ocupado el puesto de directora.

Las académicas femeninas

En  1874, María Isidra de Guzmán y de la Cerda, primera mujer doctora por la Universidad de Alcalá, fue admitida como académica (o socia) honoraria, es decir, tuvo el honor de pertenecer pero no la propiedad del sillón de la Academia.  Sin embargo, aunque pronunció su discurso de agradecimiento, no volvió a comparecer en ningún otro momento más por la institución.


Carmen Riera



Sin embargo, la inmensa mayoría de esos académicos han sido hombres. Sólo nueve mujeres, desde la creación de la Real Academia han ocupado un sillón en la institución, y sólo a partir de los años finales del siglo XX.


Aurora Egido

Después de este curioso episodio ninguna otra mujer fue admitida hasta 1979, con la elección de Carmen Conde, esta vez sí, considerada la primera mujer académica de número de la Real institución.


Inés Fernández


La lista de mujeres miembros es la siguiente:

Carmen Conde Abellán (1979): maestra, poetisa, dramaturga y narradora
Elena Quiroga de Abarca (1984): novelista.
Ana María Matute (1998): escritora y profesora)
Carmen Iglesias Cano (2002): historiadora
Margarita Salas Falgueras (2003): bioquímica
Soledad Puértolas Villanueva (2010): escritora
Inés Fernández-Ordóñez (2011) : filóloga
Carme Riera Guilera (2013): escritora, guionista, ensayista y profesora
Aurora Egido Martinez (2014): filóloga

Excepto Carmen Conde, Elena Quiroga, Ana María Matute y Margarita Salas, ya fallecidas, las demás académicas siguen conservando su sillón en la Real Academia Española de la Lengua.







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