Desde etapas muy tempranas del hombre, este, se dio cuenta que le era de vital importancia para su supervivencia llevar un registro cronológico del tiempo para poder anticiparse a los ciclos naturales y llevar a cabo sus actividades. El calendario, pues, surge en las distintas civilizaciones de la Tierra por la vital necesidad humana de medir el transcurrir del tiempo. Calendario solar Ciclos naturales Los ciclos naturaes más evidentes son el día y la noche (que da lugar a la medición de las horas), la lunación (que da lugar a los meses cada más o menos 29 días por los 4 cambios que presenta la luna que serían cada 7 días cada uno, es decir, una semana) y el año solar (determinado por el movimiento del sol y las constelaciones a lo largo de 365 dias y vuelta a empezar). También existió otro tipo de medición como el calendario sideral, fundamentado en el movimiento terrestre respecto de otros astros diferentes al Sol. Así surgieron los diferentes calendarios de las civilizaciones más
A los veinte años, Carlos de Habsburgo no sólo era rey de Castilla, Aragón, Navarra, Nápoles, Sicilia y las Indias, heredados a los dieciséis, sino también emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Pero poco o nada se sabe de la vida íntima del joven Carlos en Flandes (quedó bajo la tutela de su tía Margarita), por lo que tampoco se conocen sus primeros devaneos amorosos, que sin duda tuvo, antes de su venida a España. Carlos I de España y V de Alemania Las amoríos de un joven monarca A través de sus biógrafos y los pintores que le retrataron sabemos que Carlos I era de estatura mediana, pero no muy alto, pálido, rubicundo, de “cuerpo bien proporcionado”, de nariz aguileña, ojos ávidos, aspecto grave, de mentón muy salido, tanto que al parecer “no podía cerrar la boca y unir los dientes inferiores con los superiores pues los separaba un buen espacio, por lo que, al hablar, balbuceaba, no entendiéndosele muy bien”. La llegada a España de este joven inexper