Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) es considerado uno de los mayores artistas de la historia, por sus obras maestras en escultura, pintura, arquitectura y poesía. Sin embargo, pocos saben que en sus inicios también se dedicó a la falsificación de arte, con el fin de demostrar su talento, ganar dinero o burlarse de los expertos. Miguel Ángel Buonarroti "Eros durmiente" y dibujos ahumados Según los biógrafos de Miguel Ángel Buonarroti, este realizó algunas obras que hizo pasar por antiguas como la escultura de "Eros durmiente" que vendió al cardenal Raffaele Riario. Sin embargo, el engaño no duró mucho. El cardenal pronto se enteró de que la estatua era una falsificación moderna, y quiso devolverla al vendedor. Pero para entonces, Miguel Ángel ya se había hecho famoso por su “Piedad”, que se exhibía en la Basílica de San Pedro. No obstante, el cardenal, lejos de enfadarse se convirtió en el primer patrocinador de Miguel Ángel y le encargó otras dos obras: un &quo
Construido inicialmente en 1893 y concluido en 1914, fue una iniciativa novedosa y única en su género, precursora de los actuales parques temáticos. Su creador y benefactor fue un emigrante gallego de Betanzos, Juan María García Naveira. Los hermanos García Naveira Los García Naviera, Juan María y Jesús, hijos de humildes campesinos, emigraron de su Betanzos natal a Argentina hacia 1869, con apenas 20 y 17 años respectivamente, en busca de una vida mejor. Sin embargo, entonces, no podían imaginar que en apenas unos años serían los propietarios de una enorme fortuna, amasada gracias al duro trabajo y a su olfato para los negocios. Pobres, y sin saber leer ni escribir, pero intuitivos y trabajadores incansables, ya en 1875 fundaron en Buenos Aires una importante firma comercial y en 1886 la casa importadora que llevaba por nombre Etchegaray Arriarán y Cia, S.A. Participaron en negocios y empresas de diversa índole, por lo que fueron consejeros de diversos bancos y empresas.