Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) es considerado uno de los mayores artistas de la historia, por sus obras maestras en escultura, pintura, arquitectura y poesía. Sin embargo, pocos saben que en sus inicios también se dedicó a la falsificación de arte, con el fin de demostrar su talento, ganar dinero o burlarse de los expertos. Miguel Ángel Buonarroti "Eros durmiente" y dibujos ahumados Según los biógrafos de Miguel Ángel Buonarroti, este realizó algunas obras que hizo pasar por antiguas como la escultura de "Eros durmiente" que vendió al cardenal Raffaele Riario. Sin embargo, el engaño no duró mucho. El cardenal pronto se enteró de que la estatua era una falsificación moderna, y quiso devolverla al vendedor. Pero para entonces, Miguel Ángel ya se había hecho famoso por su “Piedad”, que se exhibía en la Basílica de San Pedro. No obstante, el cardenal, lejos de enfadarse se convirtió en el primer patrocinador de Miguel Ángel y le encargó otras dos obras: un &quo
Miguel Hernández nunca fue un intelectual, aunque sí una persona de gran talento. Tampoco fue un pobre pastor autodidacta, sino un niño que fue a la escuela durante diez años. Miguel Hernández Un mito interesado Según sus biógrafos, los documentos encontrados a lo largo de los años coinciden en desmontar el mito de Miguel Hernández como un poeta cabrero y autodidacta . Así, se sabe que él estudió durante 10 años, algo nada frecuente entre los vecinos del barrio de Orihuela donde vivía. Cuanto tuvo que dejar de estudiar por circunstancias familiares y dedicarse al pastoreo (su padre tenía un negocio de compra y venta de ganado), durante escasos cinco años, Miguel Hernández ya traducía latín y leía francés. Pero aún así, en esta etapa, nunca dejó de escribir y de leer, sobre todo poesía.. Miguel Hernández no concebía la vida sin escribir, y siempre quiso ganarse la vida como poeta, Mujeres de la Generación del 27: silenciadas y olvidadas Estos años le