Cuando los romanos llegaron a la Península Ibérica, esta ya estaba habitada por una variedad de pueblos que a menudo se denominan genéricamente como los "pueblos prerromanos" que no estaban políticamente unificados, y se caracterizaban por tener diferentes lenguas, culturas y formas de organización social. Tras la romanización de Hispania otros tantos pueblos se asentaron en la Península Ibérica contribuyendo a su riqueza cultural. Sin embargo las diversas luchas de algunos de estos por el poder y el territorio concluyeron con la unificación tras la llamada Reconquista de los Reyes Católicos. Pueblos prerromanos Antes de la llegada de los roamnos a la Península Ibérica, en el siglo III a.C., esta ya estaba habitada por una serie de pueblos que formaban parte de la cultura megalítica, que aquí se desarrolló entre el 4.000 a.C. y el 2.000 a.C., y se caracterizó por la construcción de monumentos funerarios con grandes piedras, como los dólmenes, los menhires y los crómlech. Est
El Hindenburg fue un dirigible alemán que se convirtió en un icono de la aviación en la década de 1930. Fue uno de los mayores dirigibles jamás construidos famoso por su tamaño y lujo, ya que era una forma de viajar elegante y glamurosa del momento. Sin embargo, la historia del Hindenburg está marcada por una tragedia que conmocionó al mundo entero: su desastrosa explosión en 1937, que provocó la muerte de 36 personas. Los dirigibles Los primeros intentos de crear un dirigible se remontan a la década de 1850 en Francia, cuando los inventores comenzaron a experimentar con globos llenos de gas más ligero que el aire, como el hidrógeno. Sin embargo, estos primeros diseños tenían limitaciones significativas en cuanto a velocidad, capacidad de carga y seguridad. A principios del siglo XX, los avances en la tecnología y el diseño permitieron la creación de dirigibles más grandes y más avanzados, como los diseños del Conde Ferdinand von Zeppelin (nombre que finalmente se generalizó para tod