Los huevos de Fabergé son unos objetos decorativos en forma de huevo, elaborados con metales y piedras preciosas, que fueron creados por el joyero Peter Carl Fabergé y sus artesanos para los zares de Rusia y otros clientes distinguidos entre 1885 y 1917. Estos huevos se consideran obras maestras de la orfebrería, por su belleza, su complejidad y su originalidad. Además, son testimonios de una época histórica marcada por el esplendor y el ocaso de la dinastía Romanov, la última familia imperial rusa. El origen de los huevos de Fabergé La tradición de regalar huevos decorados en Pascua es muy antigua y tiene un significado simbólico de vida, renacimiento y esperanza. En la Iglesia ortodoxa rusa, la Pascua es la fiesta más importante del año y se celebra con tres besos y el intercambio de huevos pintados o esmaltados. La idea de crear huevos de Pascua con materiales preciosos se le ocurrió al zar Alejandro III, quien en 1885 encargó al joyero Peter Carl Fabergé un huevo especial para su
Las mujeres vinculadas a un monasterio medieval, pertenecían, por lo general, a la nobleza, eran cultas y tal vez monjas, pero no necesariamente esto último. Tuvieron en la Edad Media un papel muy importante y temprano en la creación de manuscritos, transmisores de conocimiento y cultura. Monasterios medievales Al principio los monasterios (en todas las religiones) no eran otra cosa que lugares lo más alejados posible de la civilización para que los ermitaños, seres solitarios, se dedicasen a la oración y la vida contemplativa. Para los cristianos, la vida monástica empezó poco tiempo después de la muerte de Jesús. Estos “monjes” compartían sus posesiones y llevaban una vida de entrega a Dios. Al principio vivían solos, pero pronto decidieron unirse y habitar en cuevas o chozas construidas por ellos mismos. Era una vida de oración en comunidad. Christine de Pizan: la primera escritora profesional de la historia Después, cuando estas comunidades orantes em