Los huevos de Fabergé son unos objetos decorativos en forma de huevo, elaborados con metales y piedras preciosas, que fueron creados por el joyero Peter Carl Fabergé y sus artesanos para los zares de Rusia y otros clientes distinguidos entre 1885 y 1917. Estos huevos se consideran obras maestras de la orfebrería, por su belleza, su complejidad y su originalidad. Además, son testimonios de una época histórica marcada por el esplendor y el ocaso de la dinastía Romanov, la última familia imperial rusa. El origen de los huevos de Fabergé La tradición de regalar huevos decorados en Pascua es muy antigua y tiene un significado simbólico de vida, renacimiento y esperanza. En la Iglesia ortodoxa rusa, la Pascua es la fiesta más importante del año y se celebra con tres besos y el intercambio de huevos pintados o esmaltados. La idea de crear huevos de Pascua con materiales preciosos se le ocurrió al zar Alejandro III, quien en 1885 encargó al joyero Peter Carl Fabergé un huevo especial para su
Matemática, astrónoma, física y cabeza de la escuela de la filosofía neoplatónica en Alejandría cuyos variados éxitos destacaron en su época. Sin duda fue una mujer que se adelantó a su tiempo, pero también fue el último científico que trabajó en la mítica biblioteca de Alejandría. Hipatia según Rafael Sanzio Hipatia, la más grande Hipatia de Alejandría (cuyo nombre significa “la más grande”) nació en esa ciudad en el año 370 d. C. en una época en la que las mujeres no tenían elección porque estaban consideradas como objetos en propiedad. Sin embargo, Hipatia se movió con libertad en ese mundo tradicional masculino. Se cuenta, en las pocas informaciones que han llegado hasta nuestros días, que era una mujer de una gran belleza, pero que aunque tuvo muchos admiradores, no tuvo interés por casarse. Desde su más tierna infancia Hipatia estuvo en contacto con las estrellas y con los problemas matemáticos, pues su padre, Teón de Alejandría (matemático y astrónomo) fue su primer