Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) es considerado uno de los mayores artistas de la historia, por sus obras maestras en escultura, pintura, arquitectura y poesía. Sin embargo, pocos saben que en sus inicios también se dedicó a la falsificación de arte, con el fin de demostrar su talento, ganar dinero o burlarse de los expertos. Miguel Ángel Buonarroti "Eros durmiente" y dibujos ahumados Según los biógrafos de Miguel Ángel Buonarroti, este realizó algunas obras que hizo pasar por antiguas como la escultura de "Eros durmiente" que vendió al cardenal Raffaele Riario. Sin embargo, el engaño no duró mucho. El cardenal pronto se enteró de que la estatua era una falsificación moderna, y quiso devolverla al vendedor. Pero para entonces, Miguel Ángel ya se había hecho famoso por su “Piedad”, que se exhibía en la Basílica de San Pedro. No obstante, el cardenal, lejos de enfadarse se convirtió en el primer patrocinador de Miguel Ángel y le encargó otras dos obras: un &quo
En muchos cuadros de la historia de la pintura universal existen ejemplos que recogen la estética del abanico como símbolo de distinción, lujo y arma de seducción femenina. En el siglo XVIII se popularizó el abanico dejando de ser un complemento exclusivo de las clases altas. La dama del abanico. Velázquez. El abanico, un artículo de lujo El abanico han utilizado mujeres y hombres desde tiempos remotos. Es muy posible que como instrumento fabricado para que de forma manual pudiese mover el aire ya fuera utilizado en la prehistoria (donde se utilizaría un trozo de cartón o cualquier otro material para abanicar el fuego). Después, ya aparecerá de forma sofisticada en el Antiguo Egipto, donde los esclavos movían grandes abanicos de plumas (flabelos) para proporcionar aire a su faraón. Más tarde, en China se va a usar como elemento personal y decorativo que además de refrescar servía de complicidad amorosa. En el siglo VII d. C. se inventa en Japón el abanico p