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EL SANTÍSIMA TRINIDAD: LA VERDADERA HISTORIA DEL GIGANTE DE LOS MARES QUE LA ARMADA ESPAÑOLA PERDIÓ

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El 21 de octubre de 1805, a las 13:30 horas, el HMS  Victory  del Almirante Horatio Nelson rompió la línea de batalla franco-española frente al cabo Trafalgar. En el centro de la formación, un coloso dominaba el horizonte: el  Santísima Trinidad , apodado "El Escorial de los Mares". Con sus cuatro puentes y sus 140 cañones, era el buque de guerra más grande y poderoso del mundo, el símbolo absoluto del poder naval español. Sin embargo, solo horas después, este orgullo de la corona yacía destrozado, capturado y, finalmente, hundido por una tormenta, arrastrando consigo a cientos de hombres y el mito de la invencibilidad de una Armada que ya era sombra de la de antaño. La narrativa histórica tradicional nos presenta Trafalgar como una derrota heroica frente a una Royal Navy tácticamente superior. Un relato de honor y balas de cañón donde España luchó con bravura pero fue superada. Sin embargo, una investigación más profunda revela una historia de soberbia institucional, err...

ISABEL "LA CATOLICA": MUJER, REINA Y MADRE

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Tuvo cinco hijos a los que no veía con demasiada asiduidad, pero se encargó de que su educación fuera esmerada. La muerte de su heredero, Juan, fue un duro golpe que no superó, al igual que la de su hija Isabel y su nieto Miguel que rompían su sueño dinástico. Como mujer, Isabel también sufrió de celos al lado de su esposo Fernando el cual, como cualquier príncipe de la época, disfrutaba de correrías e infidelidades con total inmunidad. Isabel la Católica Retrato de una reina Cuentan los cronistas de Isabel la Católica que era alta, de piel muy blanca y de porte majestuoso. Que tenía los ojos claros, de un azul verdoso, y que su mirar era muy gracioso y honesto. Su pelo era rubio, entre rojizo-dorado y cobrizo (rasgo que heredaron sus hijas Juana y Catalina), aunque con los años se le fue oscureciendo hasta volverse casi negro. Los escritores de entonces no se cansan de ponderar su hermosura, que según ellos no tenía rival en su tiempo, su honestidad, su ponderaci...