Los huevos de Fabergé son unos objetos decorativos en forma de huevo, elaborados con metales y piedras preciosas, que fueron creados por el joyero Peter Carl Fabergé y sus artesanos para los zares de Rusia y otros clientes distinguidos entre 1885 y 1917. Estos huevos se consideran obras maestras de la orfebrería, por su belleza, su complejidad y su originalidad. Además, son testimonios de una época histórica marcada por el esplendor y el ocaso de la dinastía Romanov, la última familia imperial rusa. El origen de los huevos de Fabergé La tradición de regalar huevos decorados en Pascua es muy antigua y tiene un significado simbólico de vida, renacimiento y esperanza. En la Iglesia ortodoxa rusa, la Pascua es la fiesta más importante del año y se celebra con tres besos y el intercambio de huevos pintados o esmaltados. La idea de crear huevos de Pascua con materiales preciosos se le ocurrió al zar Alejandro III, quien en 1885 encargó al joyero Peter Carl Fabergé un huevo especial para su
La industria de la seda española tiene una larga y rica historia que se remonta a la época medieval, cuando la península ibérica era el principal centro de producción y comercio de este tejido en Europa. Esta industria de la seda se convirtió en un eje vital de la economía y la cultura española, dejando un legado duradero. Introducción y comercialización China fue el primer país del mundo en cultivar la seda ya desde el siglo XXVII a.C. Sin embargo, su fabricación lo mantuvieron en secreto durante largos siglos hasta que fue difundida por Asia y Oriente Medio, presumiblemente por chinos emigrados y conocedores del tema. La seda llegó a España en el siglo VIII durante la ocupación musulmana. Los árabes introdujeron la técnica de la sericultura (o cría del gusano de seda) y la tejeduría así como el cultivo de moreras (el árbol del que se alimentan los gusanos de seda). Inmediatamente establecieron talleres y fábricas de seda en regiones de Al-Ándalus, como Valencia, Granada, Toledo o Mur