JÍBAROS: LA VERDAD OCULTA DE LOS REDUCTORES DE CABEZAS QUE ATERRORIZARON A LOS CONQUISTADORES
.jpg)
Sin embargo, fue durante los siglo XIII al XV cuando la industria de la seda en España experimentó un gran impulso. Los musulmanes la comercializaron tanto a los reinos cristianos peninsulares como a otros países través del Mediterráneo y rutas terrestres como la Ruta de la Seda o el Camino de Santiago, intercambiándola por otros productos.
Con la Reconquista, los reinos cristianos comenzaron a expandirse y establecieron rutas comerciales hacia el resto de Europa. La seda española se convirtió en un producto altamente demandado por su calidad, variedad y belleza y se exportaba a países como Italia, Francia, Inglaterra y Flandes.
![]() |
Capullo del que se extrae el hilo |
La ciudad de Valencia se destacó como el principal centro de producción de seda en España. La actividad sericícola se concentraba en los alrededores de la ciudad, donde se cultivaban moreras y se criaban los gusanos de seda. Los valencianos desarrollaron técnicas avanzadas de hilado y tejido de seda, lo que les permitió producir tejidos de alta calidad y diseños sofisticados.
La producción y exportación de seda en España continuó floreciendo durante los siglos siguientes. Los gremios de tejedores y comerciantes de seda adquirieron un gran poder e influencia en las ciudades españolas, especialmente en Valencia y Barcelona, creándose una amplia red de relaciones entre aquellos y los consumidores de distintas procedencias, religiones y culturas.
![]() |
Etapas de la sericultura |
La industria de la seda se convirtió en una fuente importante de riqueza, impuestos y empleo para la población tanto de los reinos cristianos como musulmanes. Pero igualmente contribuyó a influir en la moda española el gusto por el arte oriental tanto en la ornamentación como la simbología y el colorido de los tejidos de seda.
Fabricación, tradición y excelencia
La fabricación de la seda en España se basaba en el proceso de la sericultura, que consistía en varias etapas:
Aunque la industria de la seda española sufrió diversos altibajos, puede decirse que duró hasta el siglo XIX, especialmente por el descubrimiento de América, que abrió nuevos mercados, o el apoyo real que proporcionó privilegios y protección a los gremios de sederos.
No obstante, a medida que avanzaba el siglo XVIII, la industria de la seda española comenzó a declinar. La competencia de otros países europeos, como Francia e Italia, y los cambios en los gustos de la moda afectaron negativamente la demanda de la seda española. Además, las guerras y los conflictos políticos también tuvieron un impacto en la producción y el comercio de la seda.
A pesar de su declive, la industria de la seda española dejó un legado importante de tradición y excelencia. con una marca perdurable en la cultura y la economía de todo el país.
No obstante, la técnica y el conocimiento de la sericultura se mantuvieron vivos en algunas regiones, como Valencia y Cataluña, y en la actualidad, hay esfuerzos por revivir y preservar esta tradición, promoviendo la producción sostenible de seda y fomentando la creatividad en el diseño y la fabricación de productos de seda.
Comentarios
Publicar un comentario