Cuando los romanos llegaron a la Península Ibérica, esta ya estaba habitada por una variedad de pueblos que a menudo se denominan genéricamente como los "pueblos prerromanos" que no estaban políticamente unificados, y se caracterizaban por tener diferentes lenguas, culturas y formas de organización social. Tras la romanización de Hispania otros tantos pueblos se asentaron en la Península Ibérica contribuyendo a su riqueza cultural. Sin embargo las diversas luchas de algunos de estos por el poder y el territorio concluyeron con la unificación tras la llamada Reconquista de los Reyes Católicos. Pueblos prerromanos Antes de la llegada de los roamnos a la Península Ibérica, en el siglo III a.C., esta ya estaba habitada por una serie de pueblos que formaban parte de la cultura megalítica, que aquí se desarrolló entre el 4.000 a.C. y el 2.000 a.C., y se caracterizó por la construcción de monumentos funerarios con grandes piedras, como los dólmenes, los menhires y los crómlech. Est
En 1874, con muy escasos recursos pero con una idea altamente romántica de la exploración, Manuel Iradier viajó por primera vez al golfo de Guinea, donde exploró la bahía de Corisco y el país del Muni. Su segunda expedición, diez años más tarde, la realizó por encargo con el objetivo de obtener para España la mayor extensión posible de territorio africano. Manuel Iradier Vocación exploradora Manuel Iradier y Bulfy nació en Vitoria, Álava, el 6 de julio de 1854. Ya desde muy joven se sintió muy atraído por los relatos de viajes, la aventura y la exploración, sobre todo, de los espacios en blanco que aparecían en los mapas de la época, especialmente de África. A los cuatro años, perdió a su madre y su padre abandonó Vitoria, por lo que fue criado por unos tíos, que a su vez le hicieron pasar temporadas en casa de una familia de pescadores en el Cantábrico. Esta experiencia temprana le proporcionó una gran cercanía con el mar y una predisposición a la vida al aire libre que resultarían f