Los huevos de Fabergé son unos objetos decorativos en forma de huevo, elaborados con metales y piedras preciosas, que fueron creados por el joyero Peter Carl Fabergé y sus artesanos para los zares de Rusia y otros clientes distinguidos entre 1885 y 1917. Estos huevos se consideran obras maestras de la orfebrería, por su belleza, su complejidad y su originalidad. Además, son testimonios de una época histórica marcada por el esplendor y el ocaso de la dinastía Romanov, la última familia imperial rusa. El origen de los huevos de Fabergé La tradición de regalar huevos decorados en Pascua es muy antigua y tiene un significado simbólico de vida, renacimiento y esperanza. En la Iglesia ortodoxa rusa, la Pascua es la fiesta más importante del año y se celebra con tres besos y el intercambio de huevos pintados o esmaltados. La idea de crear huevos de Pascua con materiales preciosos se le ocurrió al zar Alejandro III, quien en 1885 encargó al joyero Peter Carl Fabergé un huevo especial para su
En 1874, con muy escasos recursos pero con una idea altamente romántica de la exploración, Manuel Iradier viajó por primera vez al golfo de Guinea, donde exploró la bahía de Corisco y el país del Muni. Su segunda expedición, diez años más tarde, la realizó por encargo con el objetivo de obtener para España la mayor extensión posible de territorio africano. Manuel Iradier Vocación exploradora Manuel Iradier y Bulfy nació en Vitoria, Álava, el 6 de julio de 1854. Ya desde muy joven se sintió muy atraído por los relatos de viajes, la aventura y la exploración, sobre todo, de los espacios en blanco que aparecían en los mapas de la época, especialmente de África. A los cuatro años, perdió a su madre y su padre abandonó Vitoria, por lo que fue criado por unos tíos, que a su vez le hicieron pasar temporadas en casa de una familia de pescadores en el Cantábrico. Esta experiencia temprana le proporcionó una gran cercanía con el mar y una predisposición a la vida al aire libre que resultarían f