Los huevos de Fabergé son unos objetos decorativos en forma de huevo, elaborados con metales y piedras preciosas, que fueron creados por el joyero Peter Carl Fabergé y sus artesanos para los zares de Rusia y otros clientes distinguidos entre 1885 y 1917. Estos huevos se consideran obras maestras de la orfebrería, por su belleza, su complejidad y su originalidad. Además, son testimonios de una época histórica marcada por el esplendor y el ocaso de la dinastía Romanov, la última familia imperial rusa. El origen de los huevos de Fabergé La tradición de regalar huevos decorados en Pascua es muy antigua y tiene un significado simbólico de vida, renacimiento y esperanza. En la Iglesia ortodoxa rusa, la Pascua es la fiesta más importante del año y se celebra con tres besos y el intercambio de huevos pintados o esmaltados. La idea de crear huevos de Pascua con materiales preciosos se le ocurrió al zar Alejandro III, quien en 1885 encargó al joyero Peter Carl Fabergé un huevo especial para su
Fue marino, científico y naturalista. Descubrió el platino, metal que fue llevado por primera vez a Europa en 1735. Ulloa fundó el Estudio y Gabinete de Historia Natural y del Observatorio de Cádiz entre otros. Estatua de Ulloa en Madrid Una misión para la historia Con tan sólo diecinueve años, recién licenciado de la Real Academia de Guardiamarinas, el sevillano Antonio de Ulloa (1716-1795) fue destinado, con el grado de teniente de fragata junto con su colega Jorge Juan y Santacilia, como miembros de una Misión Geodésica Francesa, expedición científica dirigida por Pierre Bouguer, y patrocinada por la Academia de Ciencias de Francia para medir el arco de un meridiano en las proximidades de Quito (Ecuador). El objetivo era medir el arco del meridiano terrestre en el Ecuador para dilucidar la verdadera forma de la Tierra y sus exactas dimensiones. La expedición fue un rotundo éxito. Los resultados totales le dieron la razón a Newton. Fidel Pagés: el olv