Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como ETA

Entrada destacada

GUERRAS CARLISTAS: LA ÚLTIMA CRUZADA DE LA ESPAÑA TRADICIONAL (Y POR QUÉ SU FANTASMA SIGUE VIVO)

Imagen
El 29 de septiembre de 1833, una proclama urgente recorrió los montes de Navarra: "¡Dios, Patria, Fueros, Rey!". Un hombre de 45 años, Carlos María Isidro de Borbón, se autoproclamaba legítimo heredero al trono de España, desafiando a su sobrina, una niña de tres años llamada Isabel. Lo que comenzó como un pleito sucesorio se convirtió en la guerra civil más larga y sangrienta del siglo XIX español, un conflicto que se repetiría en tres oleadas a lo largo de 50 años. Pero las Guerras Carlistas no fueron solo una disputa dinástica. Fueron la lucha a muerte entre dos Españas irreconciliables: una que anhelaba abrazar la modernidad liberal y otra que defendía con fusiles y rosarios un orden tradicional, católico y foral que se desvanecía. 1. El Detonante: La Pragmática Sanción y el Pleito Sucesorio Fernando VII y la Sombra de la Ley Sálica En 1713, Felipe V, el primer Borbón español, implantó la Ley Sálica, que impedía reinar a las mujeres. En 1789, las Cortes de Carlos IV aprob...

ESPÍRITU DE ERMUA: LA LUCHA CIVIL QUE UNIÓ A ESPAÑA Y EL SECUESTRO DE UN SÍMBOLO

Imagen
El 12 de julio de 1997, un microbús que recorría el tranquilo barrio de Ermua (Vizcaya) se convirtió en el escenario de un crimen que marcaría un antes y un después en la lucha contra el terrorismo en España. Miguel Ángel Blanco, un joven concejal del Partido Popular de 29 años, fue secuestrado por ETA. Su exigencia: el acercamiento de los presos de la banda a cárceles del País Vasco en 48 horas. La respuesta del Estado fue de una firmeza trágica: no se negociaría. Cuarenta y ocho horas después, tras una angustiosa espera televisada, Miguel Ángel fue encontrado con dos tiros en la nuca. Moriría doce horas después en el hospital. Su asesinato no fue uno más entre los más de 800 cometidos por ETA. Fue la chispa que encendió la mecha de una reacción social sin precedentes. Millones de personas, indignadas, salieron a la calle en una explosión de duelo y rabia que se bautizó como "el espíritu de Ermua". Fue un grito unánime de "¡Basta ya!" que aisló a ETA como nunca ant...