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RUTAS SECRETAS: LOS IMPERIOS FORJADOS POR EL COMERCIO ANTIGUO

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En el año 106 a. C., una caravana de miles de camellos, cargados con un botín cuyo valor superaba el de todo el tesoro de varias naciones, entraba en Roma. No era el botín de una guerra convencional, sino el fruto de una campaña meticulosa: el cónsul romano Aulo Gabinio había logrado, por fin, romper el monopolio de la  Ruta del Incienso . Durante siglos, tribus árabes como los nabateos habían tejido una red de comercio tan hermética y secreta que los propios romanos, obsesionados con el incienso y la mirra para sus rituales, creían que estas resinas crecían en jardines legendarios custodiados por serpientes aladas. La realidad era más prosaica y, a la vez, más profunda: el control de una ruta comercial no era solo una cuestión económica; era el arma definitiva para forjar y sostener un imperio. La narrativa histórica tradicional nos presenta estas rutas —la de la Seda, la del Incienso, las del Ámbar— como meros corredores de intercambio pacífico, donde mercancías exóticas fluían e...

ESPÍRITU DE ERMUA: LA LUCHA CIVIL QUE UNIÓ A ESPAÑA Y EL SECUESTRO DE UN SÍMBOLO

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El 12 de julio de 1997, un microbús que recorría el tranquilo barrio de Ermua (Vizcaya) se convirtió en el escenario de un crimen que marcaría un antes y un después en la lucha contra el terrorismo en España. Miguel Ángel Blanco, un joven concejal del Partido Popular de 29 años, fue secuestrado por ETA. Su exigencia: el acercamiento de los presos de la banda a cárceles del País Vasco en 48 horas. La respuesta del Estado fue de una firmeza trágica: no se negociaría. Cuarenta y ocho horas después, tras una angustiosa espera televisada, Miguel Ángel fue encontrado con dos tiros en la nuca. Moriría doce horas después en el hospital. Su asesinato no fue uno más entre los más de 800 cometidos por ETA. Fue la chispa que encendió la mecha de una reacción social sin precedentes. Millones de personas, indignadas, salieron a la calle en una explosión de duelo y rabia que se bautizó como "el espíritu de Ermua". Fue un grito unánime de "¡Basta ya!" que aisló a ETA como nunca ant...