Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) es considerado uno de los mayores artistas de la historia, por sus obras maestras en escultura, pintura, arquitectura y poesía. Sin embargo, pocos saben que en sus inicios también se dedicó a la falsificación de arte, con el fin de demostrar su talento, ganar dinero o burlarse de los expertos. Miguel Ángel Buonarroti "Eros durmiente" y dibujos ahumados Según los biógrafos de Miguel Ángel Buonarroti, este realizó algunas obras que hizo pasar por antiguas como la escultura de "Eros durmiente" que vendió al cardenal Raffaele Riario. Sin embargo, el engaño no duró mucho. El cardenal pronto se enteró de que la estatua era una falsificación moderna, y quiso devolverla al vendedor. Pero para entonces, Miguel Ángel ya se había hecho famoso por su “Piedad”, que se exhibía en la Basílica de San Pedro. No obstante, el cardenal, lejos de enfadarse se convirtió en el primer patrocinador de Miguel Ángel y le encargó otras dos obras: un &quo
Las colecciones reales y de la aristocracia contaron desde mediados del siglo XVI con las llamadas “salas reservadas” estancias para la exposición de desnudos. La vista de estas “salas” estaba restringida sólo a quienes los titulares de ellas quisieran mostrar y obedecían a la doble moral de los Siglos de Oro en España. Adán y Eva de Durero Sólo para unos pocos Estas “salas” que nacieron como consecuencia del prejuicio religioso y social contra este tipo de obras de desnudos y que perduraron durante bastante tiempo en España. Felipe II fue el iniciador de las “salas reservadas”, donde podría haber estado la serie de Poesias de Tiziano, aunque parece ser que no hay pruebas documentales sobre este camerino, aunque se supone en el Alcázar de Madrid. Felipe IV es el gran impulsor de la colección real y también se destina una zona privada del Alcázar para estos desnudos artísticos, que sin embargo eran tapados para no ofender a la reina, donde figurarían c