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LA ESTRATEGIA SHARP Y LAS REVOLUCIONES DE COLORES: CLAVES DE LA RESISTENCIA NO VIOLENTA DEL SIGLO XXI

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La estrategia Sharp y las Revoluciones de Colores han sido temas cruciales en el estudio de los movimientos sociales y los cambios políticos de las últimas décadas. Ambas están vinculadas a formas de protesta no violenta y han jugado un papel clave en desestabilizar regímenes autoritarios o gobiernos que carecen de legitimidad popular. Para entender completamente estos fenómenos, es importante analizar el papel del activista y teórico estadounidense Gene Sharp, las tácticas que promovió y cómo se aplicaron en las llamadas Revoluciones de Colores, especialmente en países de Europa del Este y Asia Central. Gene Sharp y la No Violencia Estratégica Gene Sharp fue un académico estadounidense, considerado uno de los principales teóricos contemporáneos de la acción no violenta. Nacido en 1928, Sharp dedicó gran parte de su vida al estudio de cómo los movimientos no violentos pueden ser utilizados como una herramienta eficaz para el cambio político. En 1973, publicó su obra seminal "The P

PÉREZ VILLAMIL: EL PAISAJISTA ESPAÑOL DEL ROMANTICISMO

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Jenaro Pérez Villaamil es el paisajista del   Romanticismo español por excelencia, y el que puso de moda la pintura de paisaje en la España del siglo XIX.   Sus paisajes se caracterizarán por una neblina dorada que otorga un aspecto romántico a la composición, el empleo de figurillas para dar mayor vitalidad al conjunto y el recurso de una amplia perspectiva. Iglesia de San Juan de los Reyes de Toledo El paisaje en el románticismo En España no había tradición paisajística, por cuanto que al llegar los corrientes románticas hubo un verdadero frenesí por buscar ejemplos fuera del país. Tres fueron los influjos fundamentales que recibió el paisajismo romántico español: el británico, el francés y el de los Países Bajos. Lucas Velázquez: el costumbrismo romántico en estado puro No obstante, el paisaje español del romanticismo también tuvo sus propias características como fue el pintoresquismo, es decir, la presencia humana, de índole popular