Los huevos de Fabergé son unos objetos decorativos en forma de huevo, elaborados con metales y piedras preciosas, que fueron creados por el joyero Peter Carl Fabergé y sus artesanos para los zares de Rusia y otros clientes distinguidos entre 1885 y 1917. Estos huevos se consideran obras maestras de la orfebrería, por su belleza, su complejidad y su originalidad. Además, son testimonios de una época histórica marcada por el esplendor y el ocaso de la dinastía Romanov, la última familia imperial rusa. El origen de los huevos de Fabergé La tradición de regalar huevos decorados en Pascua es muy antigua y tiene un significado simbólico de vida, renacimiento y esperanza. En la Iglesia ortodoxa rusa, la Pascua es la fiesta más importante del año y se celebra con tres besos y el intercambio de huevos pintados o esmaltados. La idea de crear huevos de Pascua con materiales preciosos se le ocurrió al zar Alejandro III, quien en 1885 encargó al joyero Peter Carl Fabergé un huevo especial para su
Alemania Oriental y la Unión Soviética urdieron un secreto y oscuro plan para construir un muro en una ciudad asediada y dividida por las distintas coaliciones tras la Segunda Guerra Mundial. Las fuerzas aliadas pusieron el grito en el cielo cuando se dieron cuenta del muro, pero finalmente hicieron la vista gorda ante otra potencial guerra. Parte del Muro de Berlín Berlín ciudad peculiar Berlín era una espacio singular desde que la Segunda Guerra Mundial acabó . Era una ciudad “isla” con cuatro ocupantes (Unión Soviética, Estados Unidos, Reino Unido y Francia), aunque en zona soviética. E n 1948, Stalin había cortado los enlaces terrestres hacia el oeste de Berlín Occident al, pero aún así se convirtió en una espina permanente para la Alemania del Este . L a CIA y el MI6 la usaban como base de espionaje de avanzada y su economía atraía a decenas de miles de alemanes orientales que, además, protagonizaban constantes fugas, la mayoría vía Berlín. Wolframio