Los huevos de Fabergé son unos objetos decorativos en forma de huevo, elaborados con metales y piedras preciosas, que fueron creados por el joyero Peter Carl Fabergé y sus artesanos para los zares de Rusia y otros clientes distinguidos entre 1885 y 1917. Estos huevos se consideran obras maestras de la orfebrería, por su belleza, su complejidad y su originalidad. Además, son testimonios de una época histórica marcada por el esplendor y el ocaso de la dinastía Romanov, la última familia imperial rusa. El origen de los huevos de Fabergé La tradición de regalar huevos decorados en Pascua es muy antigua y tiene un significado simbólico de vida, renacimiento y esperanza. En la Iglesia ortodoxa rusa, la Pascua es la fiesta más importante del año y se celebra con tres besos y el intercambio de huevos pintados o esmaltados. La idea de crear huevos de Pascua con materiales preciosos se le ocurrió al zar Alejandro III, quien en 1885 encargó al joyero Peter Carl Fabergé un huevo especial para su
Los Medici no sólo fueron una rica, poderosa e influyente familia que gobernó Florencia durante tres siglos, también unos importantes mecenas del Renacimiento. Se convirtieron en los primeros grandes coleccionistas de arte moderno de la historia y bajo su protección estuvieron artistas como Da Vinci o Miguel Ángel. Giovanni de Medici Usura y devoción La extraña relación entre el arte y las grandes sumas de dinero que se pagan por él, si el artista está cotizado, no es algo nuevo sino que proviene del Renacimiento. Fue precisamente en esa época cuando las obras maestras y el mercado se dieron cordialmente la mano. Los Medici fueron una familia florentina del Renacimiento que se hizo en poco tiempo espectacularmente rica y poderosa. Entre sus miembros más influyentes destacan cuatro papas (León V, Clemente VII, Pío IV y León XI), dos reinas de Francia (Catalina y María de Médici) y numerosos dirigentes florentinos. Agnolo Bronzino: el retratista de los Médici