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PUEBLOS Y CULTURAS QUE INVADIERON LA PENÍNSULA IBÉRICA ANTES DE LA RECONQUISTA DE LOS REYES CATÓLICOS

Cuando los romanos llegaron a la Península Ibérica, esta ya estaba habitada por una variedad de pueblos que a menudo se denominan genéricamente como los "pueblos prerromanos" que no estaban políticamente unificados, y se caracterizaban por tener diferentes lenguas, culturas y formas de organización social. Tras la romanización de Hispania otros tantos pueblos se asentaron en la Península Ibérica contribuyendo a su riqueza cultural. Sin embargo las diversas luchas de algunos de estos por el poder y el territorio concluyeron con la unificación tras la llamada Reconquista de los Reyes Católicos. Pueblos prerromanos Antes de la llegada de los roamnos a la Península Ibérica, en el siglo III a.C., esta ya estaba habitada por una serie de pueblos que formaban parte de la cultura megalítica, que aquí se desarrolló entre el 4.000 a.C. y el 2.000 a.C., y se caracterizó por la construcción de monumentos funerarios con grandes piedras, como los dólmenes, los menhires y los crómlech.  Est

JUAN DE PAREJA: EL ESCLAVO DE VELÁZQUEZ QUE SE CONVIRTIÓ EN UN GRAN PINTOR

Se sabe que Juan de Pareja aprendió a pintar en el taller de Diego Velázquez, aunque no se descarta que hubiera adquirido rudimentos de esa habilidad anteriormente.

Su capacidad para crear obras con gran impacto visual lo convierten con el tiempo en una figura importante en la historia del arte español de su época.

Juan de Pareja


Semblanza

Aunque en general se sabe poco sobre la vida y las obras de Juan de Pareja, sí se conoce, por documentos hallados en las últimas décadas, que fue un esclavo morisco nacido alrededor de 1606 o 1610 en Antequera (Málaga), y que fue comprado por el artista español Diego Velázquez en algún momento de la década de 1620 para trabajar como su ayudante y esclavo en su taller.

Aunque Pareja fue esclavo, parece ser que Velázquez lo trató con respeto y le permitió estudiar pintura. Debido a esto, Pareja pudo convertirse años después en un hábil pintor por cuenta propia.



En un principio, en el estudio de Velázquez, Pareja aprendió a mezclar colores y preparar lienzos, pero poco a poco el pintor sevillano también le animó a desarrollar sus habilidades artísticas.

De esta forma, parece que entre 1649 y 1651, Velázquez llevó a Pareja consigo en su segundo viaje a Roma, donde se sabe que el 23 de noviembre de ese año de 1650, el sevillano firma la carta de manumisión de Pareja, es decir, su libertad, lo que le permitía ejercer la profesión artística a partir de ese momento. Y así parece que algún encargo para retratos recibió ya durante su tiempo en Roma.

Sin embargo, Velázquez le concedió la libertad con la provisión de permanecer a su servicio al menos durante cinco años más. No obstante, durante mucho tiempo después, se le conoce vinculación con la familia de su gran maestro, especialmente con su yerno y también discípulo, Martínez del Mazo. 

El Bautismo de Cristo


Después de la muerte de Velázquez, en 1660, Pareja quedó libre y se estableció como pintor independiente en Madrid, ciudad en la que realizó diversas obras de encargo. 

Pareja murió en Madrid en 1670, pero a pesar de su condición de liberto, logró destacar como artista y ganarse el respeto y admiración de sus contemporáneos.

Obras

Aunque la mayoría de las obras de Juan de Pareja han sido perdidas o destruidas, se sabe que era un pintor muy talentoso que trabajaba principalmente en óleo y que destacaba por su habilidad para el retrato y por un gran detallismo y realismo con los objetos. 

También se sabe que Pareja trabajó en una variedad de géneros, incluyendo, además de retratos, bodegones y temas religiosos.

En términos de técnica, se cree que Pareja aprendió mucho de Diego Velázquez, quien era uno de los grandes maestros del realismo español. Sin embargo, aunque sus obras presentan algunas características similares, como el uso de una paleta limitada de colores y la habilidad para capturar la luz y la textura con gran precisión, Pareja tuvo un estilo propio y original que lo distinguíó. 

Por ejemplo, algunos críticos han destacado su habilidad para crear una sensación de profundidad y perspectiva en sus pinturas, lo que le permitía dar una sensación de vida y movimiento a las imágenes. Pero sobre todo, en la pintura religiosa, se acerca al barroquismo imperante de la época, como el de  Francisco Rizi o Juan Carreño de Miranda. 

Vocación de San Mateo


Según los expertos, su primer cuadro conocido data de 1658 y representa la "Huida a Egipto" (hoy en el Museo de Arte de Sarasota, John and Mable Ringling Museum of Art). Este, es posiblemente el mismo cuadro subastado en Londres en 1925.

Después vendrá la "Vocación de san Mateo", de 1661, expuesto en el  Museo Nacional del Prado de Madrid, proveniente de las colecciones reales. En este cuadro el autor inserta su propio autorretrato y está considerado como una obra maestra de la pintura barroca española, así como una reivindicación del artista como pintor. 

En esta obra, Pareja se retrata a sí mismo con gran detalle y realismo, usando colores oscuros y una iluminación suave que resalta su figura. Incluso, se ha querido ver el retrato de Velázquez en el personaje sentado de espaldas que aparece junto al autorretratado, tal vez como un homenaje al pintor fallecido un año antes. 

De 1667 es el "Bautismo de Cristo", propiedad del Museo del Prado pero depositado en el Museo Arqueológico Provincial de Huesca.

Los "Desposorios místicos de santa Catalina", de 1669, se pueden contemplar en la iglesia parroquial, Santa Olaja de Eslonza (León).

También se sabe de una "Inmaculada Concepción" en una colección particular, en Madrid; así como de una "Última comunión de la Magdalena", en venta en 1990,también en  Madrid. Igualmente de la existencia de una "Santa Bárbara" pero que hoy está desaparecido.

Retrato de José Ratés


Pero aparte de la pintura religiosa, Pareja tuvo singular habilidad para los retratos. De entre estos destaca el de José Ratés, que los expertos reconocen totalmente a la manera de Velázquez, por lo que muchos, al principio, llegaron a identificar como del maestro sevillano. Se fecha hacia 1665-1670 y hoy se conserva en el Museo de Bellas Artes de Valencia. Este es de una gran  calidad técnica y se enfoca en el ennoblecimiento del arte de la arquitectura, oficio del retratado, que viste ricamente y apoya su mano izquierda sobre una espada, símbolo de su categoría social, y en la derecha porta un compás. 

Además del retrato de Ratés, también se identifican como suyos los de Don Martín de Leyva (en la Hispanic Society of America de Nueva York), y el del dramaturgo Agustín Moreto y Cabaña (en la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid), aunque sobre la autoría de este sigue habiendo aún cierta controversia, pero de ser suyo sería una de sus obras más tempranas ya que está datado entre 1651 y 1653.

Hay otros cuadros y retratos que se han atribuido, se dice que sin demasiado fundamento, a Juan de Pareja (como el retrato de un "Clérigo" expuesto en el Hermitage de San Petersburgo; y que igualmente hay que dar por perdidos otros que incluso fueron inventariados como tres cuadros que, supuestamente, decoraban la Capilla de Santa Rita en los Agustinos Recoletos de Madrid y representaban a San Juan Evangelista, San Orencio y la Virgen de Guadalupe; e igualmente uno que perteneció a Mariana de Silva, duquesa de Huéscar y que en 1802 pasó a manos de Manuel Godoy.

El retrato de Velázquez

Por otra parte, el propio Diego Velázquez hizo de Juan de Pareja un famoso retrato, titulado con su propio nombre, que fue pintado alrededor de 1650 durante la estancia de ambos en Roma. Este fue expuesto el 19 de marzo de ese año en el pórtico del Panteón tras el ingreso del pintor en la Academia dei Virtuosi.

Pareja retratado por Velázquez

El retrato representa a Pareja de cuerpo entero, vestido con ropas oscuras y con una capa que cubre parte de su brazo derecho.

Lo más notable de este retrato es la técnica que Velázquez utilizó para pintar la piel de Pareja, que es excepcionalmente realista y detallada, capturando la luz y la textura de la piel del personaje.

El retrato de Pareja es considerado como una de las obras maestras del realismo español y es admirado tanto por su técnica como por su significado histórico y social. 

En la actualidad, este lienzo se encuentra en la colección del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y es una de las obras más importantes de su colección de arte europeo.

El "Retrato de Juan de Pareja" fue el primer retrato conocido de una persona de ascendencia africana que se exhibió en una galería de arte importante en Europa. Este hecho es significativo ya que demuestra la capacidad de Velázquez para reconocer el valor artístico de Pareja, a pesar de las barreras sociales y raciales de la época.

El retrato también ha sido interpretado por algunos como una forma de dar a Pareja un reconocimiento social y cultural que de otra manera le hubiera sido negado como esclavo. 



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