La cultura occidental es el conjunto de valores, creencias, conocimientos, artes, instituciones y estilos de vida que se han desarrollado y transmitido en la parte occidental del mundo, desde la antigüedad hasta la actualidad. Origen y evolución La cultura occidental tiene su origen y su base en la civilización greco-romana, que se expandió por Europa, el norte de África y el Oriente Próximo, y que influyó en otros pueblos y culturas, como los celtas, los germanos, los eslavos, los árabes o los judíos. La cultura occidental también tiene su raíz y su fundamento en el cristianismo, que se difundió por el mundo occidental, y que aportó sus valores, sus dogmas, sus ritos y sus instituciones, como la Iglesia, la Biblia o el papado. La cultura occidental ha evolucionado y se ha diversificado a lo largo de la historia, según las épocas, los lugares y las circunstancias, y ha generado diferentes movimientos, corrientes y expresiones, que han enriquecido y renovado su patrimonio y su identida
En
España, no hubo miniaturas en sentido estricto hasta el siglo XVIII, aunque sí
pequeños retratos.
Las
miniaturas representan la faceta más íntima de la pintura ya que, en general,
pertenecían a la esfera de la vida privada aunque también desempeñaron una
función de Estado, con ellas los monarcas se daban a conocer.
La importancia de la miniatura dentro del arte
Doña Juana Galarza. Goya |
La
miniatura no hace referencia al tamaño de la obra, sino a una específica
"técnica pictórica". El buen pintor de miniaturas ha de poseer
destreza y precisión en el manejo del pincel dado que los pigmentos se aplican
mediante la superposición de puntos de color en las zonas de la carne. El resto
del soporte se prepara como en la pintura al óleo.
Las
miniaturas son técnicamente pinturas, aunque realizadas en diferentes tipos de
soportes y con distintos materiales (óleo sobre cobre, estaño, estamlte o
marfil, aguadas sobre pergamino o cartulina, acuarelas o aguadas sobre marfil
papel o vitela), pero con idéntica función.
Los retratos, escenas cortesanas, paisajes, etc en miniatura se desarrollaron a partir del siglo XVI (en Inglaterra como una forma o técnica independiente del resto de la pintura), pero en España cobrarán auge con el advenimiento de la casa de Borbón en el siglo XVIII importando el modelo a la manera francesa.
Sin embargo, la miniatura ha sido un tipo de pintura poco
apreciado y menos estudiado, ignorándose los nombre de muchos miniaturistas
españoles o de extranjeros que trabajaron en España.
Los retratos, escenas cortesanas, paisajes, etc en miniatura se desarrollaron a partir del siglo XVI (en Inglaterra como una forma o técnica independiente del resto de la pintura), pero en España cobrarán auge con el advenimiento de la casa de Borbón en el siglo XVIII importando el modelo a la manera francesa.
De Cecilio Corro |
El arte de los retratos en miniatura
El periodo en el que más auge tuvo el retrato en miniatura en
España fue desde finales del reinado de Carlos III hasta la conclusión del de
Carlos IV, durante el cual la nobleza se hacia retratar de esta técnica para
regalar a sus familiares y amigos, montados en ricos marcos de oro o plata con
pedrería o incrustados en alhajas (sobre todo medallones redondo u ovalados),
en cajas de marfil, concha, esmaltes y decorando objetos de tocador, relojes de
sobremesa o joyeros.
Uno de los mejores conjuntos de retratos miniatura existentes en España y de los pocos expuestos al público actualmente, fue el reunido por Lázaro Galdiano. Colecciones españolas importantes fueron legadas y adquiridas por museos españoles en la segunda mitad del siglo XX, como la colección Villares Amor, llegada intacta gracias a la donación de sus descendientes al Museo Arqueológico Nacional de Madrid en 1925 y la magnífica colección del Dr. Arturo Perera y Prats que pasó al Museo Nacional del Prado en 1980, por compra a sus herederos (el Museo del Prado ha expuesto en una ocasión parte de su colección de miniaturas. Posee 164 miniaturas y los 16 pequeños retratos). El Museo del Romanticismo alberga una colección de aproximadamente 250 miniaturas, en su mayoría retratos. Pero muchas colecciones de miniaturas, sobre todo retratos, pertenecen al ámbito privado.
Uno de los mejores conjuntos de retratos miniatura existentes en España y de los pocos expuestos al público actualmente, fue el reunido por Lázaro Galdiano. Colecciones españolas importantes fueron legadas y adquiridas por museos españoles en la segunda mitad del siglo XX, como la colección Villares Amor, llegada intacta gracias a la donación de sus descendientes al Museo Arqueológico Nacional de Madrid en 1925 y la magnífica colección del Dr. Arturo Perera y Prats que pasó al Museo Nacional del Prado en 1980, por compra a sus herederos (el Museo del Prado ha expuesto en una ocasión parte de su colección de miniaturas. Posee 164 miniaturas y los 16 pequeños retratos). El Museo del Romanticismo alberga una colección de aproximadamente 250 miniaturas, en su mayoría retratos. Pero muchas colecciones de miniaturas, sobre todo retratos, pertenecen al ámbito privado.
Dama. Antonio María Esquivel |
Los miniaturistas españoles
Pero fue, no obstante, el retrato
en miniatura en España, generalmente, un arte
anónimo, por lo que muchas miniaturas son de atribución difícil .
Sin embargo, hubo pintores españoles que hicieron de este arte su
profesión como Lorinchar o Pedro Nolasco Leclerc, Rivero, Baturria, José
Delgado y Meneses, Luis de la Cruz y Ríos, , Juan Pérez de Villamayor, Cecilio
Corro, Castor González Velásquez, Vicente López Villamil , Pérez de Villamayor,
quien logró el título de miniaturista de cámara, Antonio Tomasich etc, o
incluso pintores consagrados como Goya, Carnicero Esquivel, Paret etc, que hicieron
de los retratos en miniatura una faceta más de su actividad, e incluso artistas
extranjeros que trabajaron en España como los Mengs, padre e hija, Guillermo Ducker,
Florentino DecraeneNo obstante, en las Memorias Anuales de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se citan varios nombres con dedicación a la miniatura, entre ellos, varias damas de la aristocracia como la marquesa de Santa Cruz, la duquesa de Huéscar, Mariana Walstein, etc.
En el siglo XIX, con el desarrollo de la fotografía se inició la decadencia de este arte.