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"EL DORADO": LA VERDADERA HISTORIA DETRÁS DEL MITO DE LA CIUDAD DE ORO

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La leyenda de  El Dorado , la mítica ciudad de oro que sedujo a conquistadores, exploradores y soñadores durante siglos, es uno de los relatos más fascinantes de la historia colonial americana. Lo que comenzó como un ritual indígena en las tierras altas de Colombia se transformó en una obsesión europea que llevó a expediciones mortales, fracasos épicos y una búsqueda que aún hoy resuena en la cultura popular. 1. Los Orígenes Reales: El Ritual Muisca del "Hombre Dorado" La Ceremonia en la Laguna de Guatavita El verdadero origen de El Dorado no fue una ciudad, sino un  ritual de investidura  del pueblo  Muisca , una cultura precolombina que habitaba el altiplano de Cundinamarca (Colombia). Según crónicas españolas del siglo XVI: Cuando un nuevo  cacique  ascendía al poder, se sometía a un ayuno de  seis años  en una cueva, sin ver el sol. Al finalizar, era llevado a la  Laguna de Guatavita , donde sacerdotes lo cubrían con  polvo de oro ...

VIKINGOS EN ESPAÑA: CAMPAÑAS E INFLUENCIA

Los vikingos fueron unos navegantes y guerreros originarios de Escandinavia, que entre los siglos VIII y XI realizaron numerosas incursiones y expediciones por Europa, Asia y América, en busca de tierras, riquezas y comercio.

Los vikingos son conocidos por su audacia, su violencia, su habilidad marinera y su cultura, que se refleja en su arte, su literatura, su religión y su organización social.

Guerreros vikingos


Las campañas bélicas

Los vikingos también llegaron a la península ibérica, donde tuvieron contactos tanto pacíficos como bélicos con los reinos cristianos y musulmanes que la habitaban. Los vikingos realizaron al menos cinco grandes campañas en la península ibérica, que se pueden resumir de la siguiente manera:





  • La primera campaña tuvo lugar entre los años 844 y 846, y fue la más extensa y devastadora. Los vikingos llegaron por el Atlántico y atacaron las costas de Galicia, Asturias, Portugal, Andalucía y el norte de África. Saquearon ciudades como Santiago de Compostela, Sevilla, Cádiz o Lisboa, y se enfrentaron a las tropas de Ramiro I de Asturias y Abderramán II de Córdoba, que lograron rechazarlos y capturar algunos de sus barcos y prisioneros.
  • La segunda campaña tuvo lugar entre los años 859 y 861, y fue la más larga y aventurera. Los vikingos llegaron por el Mediterráneo y atacaron las costas de Cataluña, Valencia, Murcia, Almería y el sur de Francia. Saquearon ciudades como Barcelona, Valencia, Almería o Narbona, y navegaron por el río Ebro hasta Zaragoza. También llegaron hasta Italia, donde asaltaron Pisa y Luni, y se aliaron con los sarracenos de Fraxinetum. Finalmente, regresaron por el Atlántico, donde atacaron Galicia y Asturias, y fueron derrotados por Ordoño I de Asturias y García Íñiguez de Pamplona.

Drakar, típico barco vikingo


  • La tercera campaña tuvo lugar en el año 966, y fue la más breve y limitada. Los vikingos llegaron por el Atlántico y atacaron las costas de Galicia y Portugal. Saquearon ciudades como Tui, Faro o Coímbra, y se enfrentaron a las tropas de Sancho I de León y Almanzor de Córdoba, que lograron contenerlos y obligarlos a retirarse.




  • La cuarta campaña tuvo lugar entre los años 981 y 982, y fue la más intensa y sangrienta. Los vikingos llegaron por el Atlántico y atacaron las costas de Galicia, Portugal y Andalucía. Saquearon ciudades como Santiago de Compostela, Braga, Oporto o Sevilla, y se enfrentaron a las tropas de Bermudo II de León y Almanzor de Córdoba, que les infligieron severas derrotas y masacres, y recuperaron gran parte del botín y de los cautivos.
  • La quinta campaña tuvo lugar en el año 1015, y fue la más tardía y aislada. Los vikingos llegaron por el Mediterráneo y atacaron las costas de Cataluña y Valencia. Saquearon ciudades como Barcelona, Tarragona o Tortosa, y se enfrentaron a las tropas de Ramón Borrell de Barcelona y Alí ibn Hammud de Córdoba, que lograron repelerlos y capturar algunos de sus barcos y líderes.




Los contactos pacíficos

Además de estas campañas, los vikingos también tuvieron otros contactos con la península ibérica, tanto comerciales como culturales. Los vikingos establecieron relaciones comerciales con algunos puertos y ciudades de la península, especialmente con Sevilla, Córdoba y Almería, donde intercambiaban productos como pieles, madera, hierro, miel, cera, esclavos, armas o joyas. 

Los vikingos también dejaron su huella cultural en la península, tanto en el arte, la arquitectura, la literatura, la religión o la toponimia, como en la genética, la antropología o la lingüística. Algunos ejemplos de esta influencia son los restos arqueológicos de barcos, armas o joyas vikingas, las leyendas y crónicas que narran sus hazañas y atrocidades, los nombres de lugares como Foz, Ribadeo, Neda o Jávea, que derivan del nórdico, o los rasgos físicos, los apellidos o las palabras de origen escandinavo que se pueden encontrar en algunas zonas de la península.

Los vikingos en España, en fin, fueron unos protagonistas destacados y controvertidos de la historia medieval que causaron terror y admiración.


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