La cultura occidental es el conjunto de valores, creencias, conocimientos, artes, instituciones y estilos de vida que se han desarrollado y transmitido en la parte occidental del mundo, desde la antigüedad hasta la actualidad. Origen y evolución La cultura occidental tiene su origen y su base en la civilización greco-romana, que se expandió por Europa, el norte de África y el Oriente Próximo, y que influyó en otros pueblos y culturas, como los celtas, los germanos, los eslavos, los árabes o los judíos. La cultura occidental también tiene su raíz y su fundamento en el cristianismo, que se difundió por el mundo occidental, y que aportó sus valores, sus dogmas, sus ritos y sus instituciones, como la Iglesia, la Biblia o el papado. La cultura occidental ha evolucionado y se ha diversificado a lo largo de la historia, según las épocas, los lugares y las circunstancias, y ha generado diferentes movimientos, corrientes y expresiones, que han enriquecido y renovado su patrimonio y su identida
Aunque Renoir es uno de los más
celebrados impresionistas, dominó otros estilos y siempre tuvo un pie en la
tradición.
En sus obras no suele incluir los
aspectos más ásperos de la vida moderna, sino, bien al contrario, se inclinará
por plasmar lo ornamental y la belleza.
Referente del Impresionismo
Baile en el Mouline Galette |
Pierre-Auguste Renoir (1841 - 1919) es uno de los pintores
más ilustres de su época, llegando a ser un gran referente entre los
abanderados del movimiento impresionista francés.
Alcanzó reconocimiento como pintor impresionista en 1874,
aunque dominaba otros estilos, haciéndose famoso por sus pinturas luminosas, la
armonía de sus líneas, la brillantez de su color y el encanto íntimo de sus
temas pictóricos.
Fue un pintor muy influenciado por Courbet, Delacroix,
Cézanne, Sisley y sobre todo por Monet. Renoir aprendió de ellos, pero hizo su
propio camino. Renoir va a ofrece una
interpretación más sensual del impresionismo, más inclinada a lo ornamental y a
la belleza, sin presentar los aspectos más crudos de la vida moderna.
Su. participación en las exposiciones impresionistas finalizó
tras la tercera, celebrada en 1877, y a partir de 1878 sus obras fueron
admitidas en el Salon oficial. Este cambio de actitud coincidió con una crisis
creativa en la que Renoir se desvinculó del impresionismo. Sus composiciones se
volvieron más equilibradas y aumentó en ellas la importancia del dibujo.
El palco |
Renoir, agotado por el impresionismo buscará nuevos estilos,
como el japonismo, que hacía furor en los medios parisinos de la época. En 1881
Renoir se trasladó a Italia donde estudió la obra de Ingres y empezó a utilizar
su estilo lineal. También se sintió especialmente atraído por Rafael, lo cual
se hizo patente en sus nuevas obras, que tuvieron en las bañistas uno de sus
temas más recurrentes.
Pero Renoir siguió buscando nuevos campos de inspiración.
Viajó mucho dentro y fuera de Francia, visitando los museos de ciudades como
Dresde, Londres y Madrid.
La alegría de vivir
Baile en el campo |
Al igual que su amigo Monet, Renoir consideraba que su verdadero estudio de
pintor era la naturaleza y que la pintura al aire libre era la piedra angular
del Impresionismo. A lo largo de su vida realizó espléndidos paisajes, hallando
en este género una gran libertad de inspiración y un especial deleite.
La mayoría de estas obras no iban destinadas a exposiciones
ni respondían a encargo alguno. Lo que el artista pretendía era sencillamente
captar la belleza de la luz y los matices de la vegetación y la naturaleza.
La técnica impresionista, que consistía en cubrir rápidamente
el lienzo con pinceladas de color, le resultaba idónea para pintar paisajes al
aire libre y para plasmar las impresiones efímeras de los fenómenos
atmosféricos. Renoir utilizaba colores muy diluidos, que denominaba «jugos»,
con el fin de captar el panorama en grandes volúmenes, claros y oscuros,
haciendo caso omiso de los detalles descriptivos.
En estas nuevas creaciones va a mostrar la alegría de vivir,
incluso cuando los protagonistas son trabajadores. Siempre son personajes que
se divierten, en una naturaleza agradable. Trata temas de flores, escenas
dulces de niños y mujeres y sobre todo el desnudo femenino de formas gruesas, ,
inspirados a menudo en pinturas clásicas renacentistas y barrocas.
Almuerzo de remeros |
Renoir posee una vibrante y luminosa paleta que hace de él un
impresionista muy especial.
El palco, El columpio, Baile en el Moulin de la Galette,
Almuerzo de remeros y Las grandes bañistas son sus obras más representativas,
todos ellos inspirados en escenas cotidianas.
La forma de representación humana es muy propia de Renoir,
marcada por la suavidad, calidez y la idea de felicidad. Se decía de él que
"Quizás sea el único pintor que nunca ha pintado un cuadro triste".
Otra característica muy de Renoir era que sus amigos figurarán siempre en sus
cuadros.
Lise cosiendo |
Últimos años
Renoir retrató a muchas mujeres, haciendo un elogio a la
belleza femenina a lo largo de distintas edades. En esas ocasiones logra
transmitir unas veces sensualidad y en otras dulzura. Durante la década de 1890
elaboró distintos retratos de mujeres jóvenes y niñas y niños tratando de
captar la frescura infantil. Renoir nunca dejó de representar figuras en sus
composiciones.
Durante los últimos veinte años de su vida padeció una
artritis que le imposibilitaba para mover las manos libremente por lo que
pintaba con un pincel atado al brazo a causa de la rigidez de los dedos.
Con el cambio de siglo la fama de Renoir se había
extendido y estaba considerado como un gran artista, pero su salud empeoró y
sus problemas reumáticos hicieron que se trasladase a una pequeña localidad del
sur de Francia, Cagnes-sur-Mer, donde compró una casa, hoy museo.
Finalmente, tuvo que dejar de pintar y comenzó a dedicarse a
la escultura, tarea que realizaba gracias a la ayuda de un joven escultor que
llevaba a cabo las indicaciones del maestro. Moriría en 1919 con 78 años.
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