Armenia es un país ubicado en el Cáucaso, entre Asia y Europa. Tiene una superficie de unos 29.743 km2 y una población de unos 3 millones de habitantes . Su capital y ciudad más poblada es Ereván . Armenia es una república parlamentaria, con un presidente como jefe de estado y un primer ministro como jefe de gobierno. El idioma oficial es el armenio , que pertenece a la familia de lenguas indoeuropeas. La religión predominante es el cristianismo apostólico armenio , que fue la primera en adoptar el cristianismo como religión de estado en el año 301. Historia milenaria Armenia tiene una historia milenaria, que se remonta a la antigüedad. Fue el centro del reino de Urartu, que se enfrentó al imperio asirio. Luego, formó parte de los imperios persa, macedonio, romano, parto, sasánida, bizantino, árabe, mongol, otomano y ruso. Armenia logró su independencia tras la Primera Guerra Mundial, pero fue invadida por la Unión Soviética en 1920. Durante el genocidio armenio, perpetrad
Fue un marino e inventor español
que ideó y enuncio siete ingenios importantes para la Armada española, y por
ende, para la navegación universal.
Pero la mayor aportación que se le
atribuye fue la realización de ciertas experiencias con máquinas de vapor
aplicadas a la navegación.
Biografía sin aclarar
Biografía sin aclarar
Nada se sabe sobre el lugar ni la
fecha de nacimiento (probablemente fue alrededor de 1500) de Blasco de Garay
hasta que aparece como mecánico o maquinista en la Armada Española.
La forma
del nombre de su hermano "Diego de Alarcón", mencionada en su
memorial, sugiere un origen castellano. Se sugiere más concretamente Toledo ya
que hubo en esta época varios personajes de clase hidalga con el apellido Garay
que se distinguieron en las letras o en las armas y que procedían o eran
vecinos de esta ciudad.
Posiblemente,
Blasco de Garay sirviera en el ejército, y tal vez en la marina, porque se le
da el título, o se le nombra, como Capitán de mar.
Es
posible que fuera una persona instruida, así resulta de sus cartas, pero que se
dedicara al estudio de las ciencias, como él mismo dice, aficionándose a la
mecánica y a los inventos o ingenios de forma autodidacta.
Ruedas
de palas
Parece
que hallándose el emperador Carlos V en Toledo a principios de 1539, le dirigió
Blasco de Garay un Memorial en que exponía ser un pobre hidalgo que habiéndose
dedicado al estudió de las ciencias entonces conocidas, y deseando servirle
como lo habían hecho otros, y particularmente un hermano suyo muerto en Italia,
le ofrecía, entre otros artilugios, construir un ingenio para mover los barcos en tiempo de calma
sin el auxilio de remos. Esto sería posible mediante ruedas motrices (de
palas), capaces de
desplazar diferentes tonelajes,
salvo en y propulsadas por una máquina de vapor (consistía en una gran caldera con agua hirviendo junto a
unas ruedas con movimiento complicadas uniéndose a una y otra banda de
embarcación). Las
máquinas de Garay estarían destinadas a equipar los buques de guerra de bajo y
alto bordo (galeras y naos) de la Armada Imperial Española.
Aunque
con incredulidad, pero ayudado por sus amigos marinos, el rey-emperador Carlos
I firmó una cédula de 22 de marzo de 1539 por la que aprobaba los proyectos de Garay, otorgando que se
comenzase a financiar sus proyectos en las atarazanas del puerto de Málaga y
asignándole proveedores.
Parece ser que después de pasar
los trámites, informes e instrucciones de rigor en casos tales, hizo Garay un
total de cinco experiencias en Málaga (el día 4 de octubre de 1539 sobre una
nao de 250 toneles; el día ? de ? de 1540 en una nao de 100 toneles;
el día 2 de julio de
1540 en una media nao de 100? Toneles; el día ? de junio de 1542; y el día
11 de julio de 1542).
En un primer momento, el invento
de Blasco de Garay hacía mover seis ruedas. Posteriormente, simplificó el
mecanismo a dos ruedas y montándolo en un galeón de 300 toneles, con 50
hombres. Consiguió mover el barco una legua por hora (3,3 nudos) y efectuar la
ciaboga en la mitad de tiempo que una galera.
Propulsión a vapor
Blasco de Garay |
Después, el 17 de junio de 1543, habría tenido lugar la demostración de la propulsión a
vapor (al mando del capitán Pedro
Escarza) en el puerto de Barcelona sobre la Santísima Trinidad, nave de 200
toneles. A esta prueba, al parecer no pudieron asistir ni el rey Carlos I ni su
hijo Felipe, pero comisionaron a Enrique de Toledo y Ayala (Tesorero General de la
Corona de Aragón), a Pedro de Cardona (Gobernador
de Barcelona.), D. Francisco de Gralla (Maestre
Racional de Cataluña) y Alonso de Rávago (Jefe
de esta comisión, Tesorero de la Real Hacienda y de todas las Armadas del
Imperio.), entre otros, para que asistieran al evento.
El resultado fue decisivo; y las
playas resonaron con los aplausos de los espectadores al ver las evoluciones
náuticas del buque ejecutadas sin el auxilio de velas o remos. Los comisionados
dieron al emperador un informe favorable; pero el ministro de hacienda, sea por
superstición u otro motivo, desaprobó el proyecto.
Blasco de Garay murió en 1552, y
se cree que de haber obtenido el apoyo económico necesario a importancia de
este inventor hubiera sido aún mayor.
Fernández de Navarrete |
Este gran descubrimiento, que
hubiera sido la gloria y la esperanza de España, quedó sepultado en olvido por
más de dos siglos; y Garay, con su genio digno de la edad presente, bajó al
sepulcro sin recompensa y sin gloria; de manera que ignoraríamos su nombre si
no hubiera sido por Martín Teodoro Fernández de Navarrete (marino, escritor e
historiador cuyas eruditas indagaciones (en
1825) sacaron a luz la existencia de este grande hombre al cabo de cerca de
tres siglos en su obra Colección de los
viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del
siglo XVI. Según Martín Fernández de Navarrete, Blasco de Garay no quiso
revelar a nadie el secreto del mecanismo que empleó en su invento de la
propulsión a vapor.
Ciento
cincuenta años después, Thomas Newcomen, patentó el primer mecanismo a vapor,
aunque la patente le fue otorgada a James Watt (ambos mecanismo fueron muchos
más precarios que el ingenio presentado por Garay en 1543). Sin embargo, si
Garay hubiese encontrado los apoyos necesarios para su empresa, tal vez, la
Revolución Industrial se hubiese anticipado en 200 años.
Otros inventos de Garay
Vapor Blasco de Garay de la Armada Española de 1846 |
En su Memorial, Blasco de Garay
brindó también a la Armada Española otra serie de inventos con relación al tema náutico y marino:
un artilugio para
sacar efectos y barcos idos a pique con ayuda de sólo dos hombres; otro para
permanecer dentro del agua como encima; Otro para mantener luz dentro del agua;
Otro para ver los objetos a poca profundidad cuando el agua estuviera turbia;
Otro para hacer potable el agua del mar; Otro para desalar el agua del mar, y
por último otro para hacer un molino a bordo, con otros muchos de esta especie
servidos por un solo hombre.
Algunos
de estos inventos se llevaron a cabo, e incluso pidió privilegio de invención sobre ellos, pero de la
mayoría no se tiene noticia de que se pasase adelante, ni siquiera el que tenía
por objeto hacer potable el agua de mar (atribuyéndosele más tarde a un
siciliano perteneciente a la Armada española).
Una vez
más, un ingeniero español, pasó sin pena ni gloria (al igual que Peral y Monturiol, por ejemplo) y su nombre
sepultando en el polvo del olvido, pero Garay está por derecho propio al elenco de científicos del
siglo XVI que aportaron su ciencia e ingenio a mayor gloria de España.