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PUEBLOS Y CULTURAS QUE INVADIERON LA PENÍNSULA IBÉRICA ANTES DE LA RECONQUISTA DE LOS REYES CATÓLICOS

Cuando los romanos llegaron a la Península Ibérica, esta ya estaba habitada por una variedad de pueblos que a menudo se denominan genéricamente como los "pueblos prerromanos" que no estaban políticamente unificados, y se caracterizaban por tener diferentes lenguas, culturas y formas de organización social. Tras la romanización de Hispania otros tantos pueblos se asentaron en la Península Ibérica contribuyendo a su riqueza cultural. Sin embargo las diversas luchas de algunos de estos por el poder y el territorio concluyeron con la unificación tras la llamada Reconquista de los Reyes Católicos. Pueblos prerromanos Antes de la llegada de los roamnos a la Península Ibérica, en el siglo III a.C., esta ya estaba habitada por una serie de pueblos que formaban parte de la cultura megalítica, que aquí se desarrolló entre el 4.000 a.C. y el 2.000 a.C., y se caracterizó por la construcción de monumentos funerarios con grandes piedras, como los dólmenes, los menhires y los crómlech.  Est

LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI, UNA DRAMÁTICA HISTORIA DE MUJERES

En  1610 tuvo lugar en Logroño un auto de fe en la que la Inquisición española procesó a treinta y nueve vecinas de Zagarramurdi acusadas de practicar la brujería.

La mayor parte de estas mujeres murieron en la cárcel, pero once de ellas fueron condenadas a ser quemadas en la hoguera.

Cueva de Zugarramurdi
La cueva de los secretos

La población de Zugarramurdi se sitúa en la comarca de Xareta (Navarra), a pocos kilómetros de la frontera con Francia.

Este municipio fue un poblado de caseríos abandonados bordeando el monasterio de San Salvador antes de adquirir jurisdicción civil. Fue declarada Villa en 1667.


Pero Zugarramurdi debe su fama a la desgracia de unos cincuenta y tres vecinos que, en el s. XVII fueron condenados por la Inquisición por practicar la brujería en un aquelarre en la cueva de la localidad.

El proceso y las ejecuciones se basaron en la mayor parte de los casos en testimonios basados en supersticiones y envidias que eran poco o nada fiables.



Pero el de Zugarramurdi no fue un caso aislado, en muchos otros municipios de Navarra vivieron episodios similares en la época.

Y es que por estos lares, según Julio Caro Baroja y otros investigadores, se llevaban a cabo ritos paganos y prácticas de medicina natural, muy enraizados en la cultura popular y aceptados por la sociedad hasta que se vincularon al satanismo. Por cierto, se dice que el término aquelarre, que se utiliza para denominar las ceremonias de invocación del diablo, tiene su origen en Zugarramurdi, porque junto a la gruta hay un prado llamado Akelarre o Campo del Macho Cabrío.



Pueblo de Zugarramurdi actual
El auto de fé de Logroño

El proceso inquisitorial contra las denominadas brujas de Zagarramurdi, el más grave y de mayor trascendencia llevado a cabo contra estas prácticas en España, se instruyó en el tribunal que la Inquisición tenía en Logroño.
  
El caso comenzó el 12 de enero de 1609 cuando los inquisidores de Logroño reciben noticias de reuniones de brujas y de brujos en la localidad de Zagarramurdi (toda la zona norte de España desde la época medieval tenía fama de ser un territorio lleno de brujas).

El proceso culminó en un auto de fe celebrado el domingo 7 de noviembre de 1610 en el que se aplicaron penas muy duras: de los 29 acusados de brujería, todas mujeres, seis fueron quemados vivos y cinco en efigie porque habían muerto en prisión.

Sin embargo, aunque en España este veredicto fue escandaloso, muchos investigadores coinciden en señalar que si este caso se compara con los centenares de ejecuciones que se producen al mismo tiempo en territorio francés, justo al otro lado de los Pirineos, este puede parecer hasta clemente.

Parece ser que la dureza de esta sentencia en la relativamente benigna trayectoria de la Inquisición española, estaría relacionada con la influencia que tuvo la caza de brujas llevada a acbo en 1609 por el juez Pierre de Lancre en Francia que mandó quemar a 80 supuestas brujas en el País Vasco-francés. Esta paranoia hacía las presuntas brujas se trasladó a los valles del norte de Navarra y a los inquisidores del tribunal de Logroño.

Cueva de Zugarramurdi
Tiempo después, la Corte Suprema de la Inquisición pidió al tercer inquisidor, que se había mostrado contrario a la sentencia condenatoria de sus dos compañeros, que visitara las comarcas del norte Navarra, llevando un edicto de gracia en el que se invitaba a sus habitantes a arrepentirse de sus errores sin que fueran castigados por ellos y que le enviara un informe completo. En el mismo su autor, Alonso de Salazar y Frías, arremete contra los que, como sus dos colegas, creían en la veracidad de las brujas, afirmando que los fenómenos de brujería son historias inverosímiles y ridículas. Además asegura que son los libros o los sermones sobre la brujería los que hacen que ésta se extienda, por lo que recomienda que no se le de publicidad, convencido de que la brujería acabará por desaparecer si se deja de hablar de ella

Salazar presentó a la Suprema el 24 de marzo de 1612 su informe en forma de un largo memorial. En el mismo afirmaba que había reconciliado a 1802 personas, la mayoría niños y adolescentes, y del examen de todas las confesiones que hablaban de aquelarres y asesinatos rituales, Salazar llegaba a la siguiente conclusión:

"No he hallado certidumbre ni aun indicios de que [se pueda] colegir algún acto de brujería que real y corporalmente haya pasado. […] Y así también tengo por cierto que en el estado presente, no sólo no les conviene nuevos edictos y prorrogaciones de los concedidos, sino que cualquier modo de ventilar en público estas cosas, con el estado achacoso que tiene, es nocivo y les podría ser de tanto y de mayor daño como el que ya padecen. No hubo brujas ni embrujados en el lugar hasta que se comenzó a tratar y escribir de ellos".

La Suprema que dio nuevas instrucciones a los tribunales en agosto de 1614 en las que confirmaba la política seguida desde 1526. Un resultado concreto de las mismas fue que se intentó reparar a las víctimas del auto de fe de Logroño ordenando que sus sambenitos no quedaran expuestos en ninguna iglesia, y de esa forma, como señala Kamen, "no cayó ningún estigma sobre ellas o sus descendientes".


Zagarramurdi hoy

Zagarramundi, pintoresca mezcla de arquitectura popular con palacios señoriales, cuenta hoy día con algo más de doscientos habitantes y es conocida por el magnífico paisaje de pinos y castaños que la rodea, así como por su imponente cueva esculpida por el agua.

El arroyo Orabidea ha excavado un túnel natural de 120 metros de largo y 12 metros de alto, con dos galerías elevadas sobre el cauce. El conjunto recibe el nombre de Sorginen Leizea, que en euskera significa precisamente la cueva de las brujas. La cueva tiene el encanto del misterio que la envuelve pues allí era donde supuestamente se celebraban los aquelarres.

Otro de los encantos de la zona son los senderos que recorren el valle y que utilizaban los contrabandistas en el pasado.

Desde el año 2007, el municipio cuenta con un museo que narra la historia de la brujería y la locura inquisitorial que condenó a la hoguera a miles de inocentes. El Museo de las Brujas organiza visitas guiadas por el pueblo, además de ser parte activa del Día de las Brujas; una fiesta anual que se celebra desde la puesta en marcha del museo.



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