OPERACIÓN FÉNIX: EL PROTOTIPO DE LA GUERRA SUCIA DE LA CIA EN VIETNAM

En la madrugada del 31 de enero de 1968, las fuerzas norvietnamitas y el Viet Cong lanzaron la Ofensiva del Tet, un ataque masivo y sorpresa que cambió para siempre el curso de la guerra de Vietnam. Aunque los estadounidenses y survietnamitas repelieron el ataque, el mensaje fue claro: el enemigo estaba en todas partes, infiltrado en las aldeas, oculto entre la población civil. La paranoia se apoderó de la CIA y del gobierno de Saigón. Su respuesta fue un programa secreto, brutal y sistemático diseñado para decapitar la infraestructura clandestina del enemigo. Lo llamaron Operación Fénix.

Bajo el eufemismo de "programa de pacificación", la Operación Fénix se convirtió en una máquina de secuestro, tortura y asesinato que, entre 1968 y 1972, neutralizó a más de 80,000 sospechosos del Viet Cong. De ellos, al menos 26,000 fueron ejecutados sumariamente. Aunque Washington siempre lo presentó como un esfuerzo legítimo de "contrainsurgencia", documentos desclasificados y testimonios de sus propios participantes revelan una verdad más oscura: fue el mayor programa de asesinatos dirigido por la CIA en la historia, una cacería humana donde la inteligencia era defectuosa, los procedimientos eran ilegales y los inocentes morían por millares.

1. Los Antecedentes: La Paranoia de la Ofensiva del Tet y el Nacimiento de Fénix
La Infiltración del Viet Cong
Antes de 1968, la CIA y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ya ejecutaban programas de contrainsurgencia como el Programa de Reconocimiento de Objetivos (RTP) y Inteligencia Coordinada para la Explotación (ICEX). Pero estos esfuerzos estaban fragmentados y eran ineficaces. El Viet Cong (Frente Nacional de Liberación) operaba a través de una red clandestina de cuadros políticos y militares (la Infraestructura del Viet Cong o VCI) que se mimetizaba perfectamente con la población rural. Eran los "fantasmas" que dirigían la guerra desde la sombra.

William Colby: El Arquitecto del Terror Sistemático
Tras el Tet, Robert Komer, asesor de Lyndon B. Johnson, fue reemplazado por William Colby, un veterano de la CIA en Vietnam. Colby, un hombre de modales suaves y mente burocrática, vio el caos y la duplicación de esfuerzos. Su solución fue fusionar todas las operaciones de inteligencia, policía y fuerzas especiales bajo un solo mando centralizado: el Centro de Coordinación de Inteligencia (CIC). Este se convirtió en el cerebro de la Operación Fénix.

2. La Maquinaria: Cómo Funcionaba la Red de Captura y Eliminación
La Estructura Tripartita
Fénix era una colaboración entre tres entidades:

1. La CIA: Proporcionaba financiación, coordinación global, entrenamiento en interrogatorios y supervisión.

2. Las Fuerzas Especiales de EE.UU. (SOG): Realizaban operaciones encubiertas de reconocimiento y captura.

3. El Gobierno de Vietnam del Sur (GVN): Proporcionaba la mano de obra principal a través de sus Fuerzas de Policía Field (FPF) y las unidades provinciales y distritales de Fénix (PRU y DIOCC).

El Proceso de "Neutralización"
El término "neutralización" era intencionadamente ambiguo. Podía significar:

• Captura e interrogatorio.

• "Voltear" a un sospechoso (convertirlo en informante).

• Asesinato.
  El proceso seguía estos pasos:

1. Inteligencia: Se recogían nombres de sospechosos de la VCI a través de informantes, interrogatorios o, a menudo, simples denuncias anónimas de vecinos que buscaban venganza personal o una recompensa.

2. Listas Negras: Los nombres se añadían a una lista negra oficial de la VCI.

3. Redada: Un equipo de las PRU, a menudo acompañado por asesores estadounidenses, irrumpía en la casa del sospechoso por la noche.

4. Interrogatorio: Si el sospechoso era capturado, era llevado a un centro de interrogatorio. Los métodos de tortura eran estándar: palizas, waterboarding ("el submarino"), descargas eléctricas y el uso de "helicópteros imaginarios" (arrojar a prisioneros desde alturas para aterrorizarlos).

5. Ejecución: Con frecuencia, los sospechosos eran simplemente ejecutados en el acto, a menudo reportados como "muertos en un tiroteo" para evitar el papeleo de una captura.

William Colby

3. El Horror en los Puestos de Mando: Tortura Sistematizada y Asesinatos por Cuota
La Caza de Cabezas y las Cuotas
Para motivar a los equipos survietnamitas, el programa a menudo establecía cuotas de "neutralizaciones". Esto creó un incentivo perverso para matar a cualquiera, independientemente de su afiliación real. Un ex asesor estadounidense declaró: "Si conseguías un tipo que era un miembro del Viet Cong y tenías pruebas, le dabas un punto. Si conseguías a un jefe de distrito del Viet Cong, eran cinco puntos... Era un juego".
El Centro de Interrogatorio de Provincia
Estos centros se convirtieron en las cámaras de tortura de Fénix. El más infame fue el de Phu Vinh, donde el asesor de la CIA, John Kerry (no confundir con el senador), supervisó un régimen de brutalidad extrema. Los prisioneros eran colgados de los pies y golpeados, sometidos a simulacros de ejecución y violados. La tortura no solo se toleraba, sino que se alentaba como el método más rápido para obtener inteligencia.

La Impunidad Total
Los asesores estadounidenses rara vez participaban directamente en las torturas o ejecuciones. Su papel era "observar e informar", lo que les proporcionaba una plausible negación. Pero estaban en la habitación, financiando, entrenando y supervisando las operaciones. La línea entre "asesorar" y "cometer" se difuminó hasta desaparecer.

4. Las Consecuencias: El Escándalo y la Investigación que Nunca Llegó a lo Más Alto
Las Cifras de la Carnicería
Las estadísticas oficiales de Fénix, proporcionadas por William Colby al Congreso, eran las siguientes:

• Neutralizaciones: 81,740

• Muertos: 26,369 (la mayoría etiquetados como "muertos en combate")

• Capturados: 33,358

• Rendidos (Chieu Hoi): 22,012
  Críticos y periodistas argumentan que las cifras reales de ejecuciones sumarias son mucho más altas, y que la gran mayoría de los "neutralizados" eran civiles inocentes o miembros de bajo rango del Viet Cong, no los "cabecillas" que era el objetivo declarado.

Las Audiencias del Congreso y la Defensa de Colby

En 1971, el escándalo estalló. Periodistas como Seymour Hersh y las investigaciones del congresista Ronald Dellums sacaron a la luz las ejecuciones extrajudiciales y la tortura. William Colby, entonces director del programa, fue citado para testificar ante el Congreso. Su defensa fue fría y burocrática: Fénix era un programa "legítimo" que se había "desviado" en algunos casos aislados. Negó que fuera un programa de asesinatos, a pesar de la abrumadora evidencia en contrario.

La Falta de Responsabilidad
A diferencia de la Masacre de My Lai, donde el teniente William Calley fue condenado, ningún estadounidense fue jamás procesado por crímenes de guerra relacionados con la Operación Fénix. El programa fue considerado una "operación militar legítima". El mensaje fue claro: la tortura y el asesinato como política de estado, si se enmarcan en la lucha contra el comunismo, quedarán impunes.

5. Legado: Fénix como el Prototipo de la Guerra Sucia Moderna
El Manual para la "Guerra contra el Terror"
Las tácticas, estructuras y justificaciones legales de Fénix no murieron en Vietnam. Se convirtieron en el manual de juego para operaciones encubiertas futuras:

• Escuadrones de la Muerte en América Central: En los años 80, veteranos de Fénix como el coronel James Steele asesoraron a los Escuadrones de la Muerte en El Salvador, aplicando el mismo modelo de "neutralización" de insurgentes de izquierda.

• Centros de Detención en la Guerra contra el Terror: Los sitios negros de la CIA y las técnicas de interrogatorio "mejoradas" (waterboarding, privación del sueño, estrés postural) utilizadas después del 11 de septiembre son un eco directo de los centros de interrogatorio de Fénix. El mismo debate sobre la eficacia de la tortura versus su inhumanidad se repitió.

La Eficacia en Cuestión

Los defensores de Fénix, incluido Colby, argumentan que el programa fue fundamental para desmantelar la VCI y permitir la "vietnamización" de la guerra. Sin embargo, los críticos señalan que, al aterrorizar a la población civil y eliminar a tantos inocentes, Fénix alienó por completo a los campesinos survietnamitas, impulsándolos a apoyar al Viet Cong y asegurando, en última instancia, la victoria comunista. La eficacia táctica se vio anulada por el fracaso estratégico catastrófico.

Conclusión: El Ave Fénix que Nunca Debió Renacer
La Operación Fénix representa la encrucijada moral en la que Estados Unidos eligió el camino más oscuro. Fue el momento en que la lucha contra una insurgencia se transformó en una guerra sucia, donde los principios de la democracia por los que se suponía que se luchaba fueron sacrificados en el altar de la eficacia y la paranoia.

Su legado no es solo un capítulo sombrío en la historia de la CIA, sino una advertencia perpetua. Demuestra cómo la maquinaria estatal puede crear sistemas complejos para el mal, donde la responsabilidad se diluye, el lenguaje se corrompe ("neutralización" por asesinato) y la inhumanidad se normaliza. Fénix probó que es posible construir una burocracia del horror, y que esa burocracia, una vez creada, puede ser exportada, refinada y reutilizada. El ave fénix de la tortura y el asesinato extrajudicial, que se creía reducida a cenizas en los arrozales de Vietnam, demostró tener una capacidad terrible para renacer una y otra vez.