https://temu.to/m/uj4o0x1fycl acg053563 https://temu.to/m/ek4ri64orv0 EL FRACASO DE NELSON EN TENERIFE: UNA DOLOROSA DERROTA Ir al contenido principal

Entrada destacada

PLAN MARSHALL: LA AYUDA ECONÓMICA PARA RECONSTRUIR EUROPA TRAS LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

El Plan Marshall, también conocido como el Programa de Recuperación Europea, fue una iniciativa de Estados Unidos para ayudar a la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Propuesto por el entonces Secretario de Estado estadounidense George Marshall en 1947, este plan tenía como objetivo principal revitalizar la economía europea, fortalecer la estabilidad política y prevenir la expansión del comunismo en la región. Ayuda financiera y técnica El Plan Marshall ofreció asistencia financiera y técnica a los países europeos devastados por la guerra, facilitando la importación de materias primas y bienes de capital, así como la modernización de la infraestructura industrial y agrícola. Esta ayuda fue fundamental para la recuperación económica de Europa, permitiendo la reconstrucción de fábricas, carreteras, puentes y otras infraestructuras clave. La ayuda financiera proporcionada por Estados Unidos a Europa a través del Plan Marshall se estima en alrededor de 13 mil mil

EL FRACASO DE NELSON EN TENERIFE: UNA DOLOROSA DERROTA

Horatio Nelson fue un almirante británico que se convirtió en uno de los héroes nacionales de su país, por sus victorias navales contra las potencias enemigas, especialmente Francia y España, durante las guerras napoleónicas. 

Sin embargo, antes de alcanzar la gloria, Nelson sufrió un duro revés en su carrera, cuando intentó conquistar la isla de Tenerife, que era una posesión estratégica de España, por su situación geográfica, su riqueza agrícola y su puerto comercial, además de un punto de apoyo para las flotas españolas y francesas, entonces aliadas, que navegaban por el Atlántico. 


Horatio Nelson


El contexto histórico

La guerra anglo-española de 1796-1808 fue una guerra que enfrentó a Gran Bretaña contra España, que se alió con Francia, que era el principal enemigo de Gran Bretaña en ese momento en Europa. La guerra se inició por la firma del Tratado de San Ildefonso, que estableció una alianza entre España y Francia, que se comprometieron a apoyarse mutuamente en sus conflictos con Gran Bretaña, y a repartirse las posesiones coloniales británicas. El tratado fue una respuesta a la política expansionista y agresiva de Gran Bretaña, que había atacado y ocupado varias colonias españolas y francesas en América, África y Asia, y que había impuesto un bloqueo naval a los puertos enemigos, que impedía el comercio y el abastecimiento.




La guerra anglo-española de 1796-1808 fue una guerra que se libró principalmente en el mar, donde Gran Bretaña tenía una clara superioridad naval, gracias a su flota, a sus almirantes y a sus tácticas. La guerra se caracterizó por una serie de batallas navales, que se saldaron con victorias británicas, como la batalla del Cabo de San Vicente, la batalla del Nilo o la batalla de Trafalgar, que consolidaron el dominio británico sobre los mares y que debilitaron a las flotas española y francesa. La guerra también se caracterizó por una serie de ataques británicos a las colonias españolas y francesas, que tenían como objetivo capturar sus recursos y sus mercados, y que provocaron la pérdida de territorios como Trinidad, Menorca, Malta, Ceilán o Egipto.

La guerra anglo-española de 1796-1808 fue una guerra que tuvo consecuencias políticas, económicas y sociales para los países implicados, que se vieron afectados por la inestabilidad, la crisis y el cambio. La guerra supuso un desgaste para España, que perdió parte de su imperio colonial, que sufrió una invasión francesa, que provocó la abdicación de Carlos IV y la ocupación de Napoleón, que desencadenó la guerra de la Independencia, que originó el levantamiento popular y la resistencia patriótica, y que propició el surgimiento de las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812, que fueron los primeros pasos hacia el liberalismo y la soberanía nacional. La guerra supuso un triunfo para Gran Bretaña, que se consolidó como la primera potencia mundial, que amplió su imperio colonial, que mantuvo su hegemonía naval, que lideró la coalición contra Napoleón, que apoyó la causa de la independencia española, y que impulsó la revolución industrial y el comercio mundial.


Ataque británico a Tenerife


El plan de ataque

El intento de conquista de Tenerife por parte de Nelson fue una operación militar que se planificó y se ejecutó en el verano de 1797, y que formaba parte de la estrategia británica de atacar las colonias españolas, para debilitar su economía y su poder. El objetivo de Nelson era capturar la isla de Tenerife, que era una de las islas Canarias, que pertenecían a España, y que tenían una gran importancia estratégica, económica y militar, por su situación geográfica, su riqueza agrícola y su puerto comercial.

El plan de ataque de Nelson se basaba en la información que había obtenido de un espía británico, que le había informado de que la isla de Tenerife estaba poco defendida, y de que su principal fortaleza, el castillo de San Cristóbal, que protegía la ciudad y el puerto de Santa Cruz de Tenerife, estaba en mal estado y tenía poca artillería. Nelson confiaba en que podría tomar la isla por sorpresa, con un desembarco rápido y decidido, y con el apoyo de su flota, que estaba compuesta por cuatro navíos de línea, tres fragatas y dos bergantines, que sumaban unos 4.000 hombres y unos 400 cañones.

El plan de ataque de Nelson consistía en dividir su flota en dos escuadras, una al mando del capitán Thomas Troubridge, y otra al mando del propio Nelson. La escuadra de Troubridge debía acercarse a la costa de Tenerife por el norte, y desembarcar a unos 1.000 hombres en la playa de Valleseco, que estaba a unos 5 kilómetros de Santa Cruz, y avanzar por tierra hasta la ciudad, donde debía tomar el castillo de San Cristóbal y el puerto. La escuadra de Nelson debía acercarse a la costa de Tenerife por el sur, y desembarcar a unos 900 hombres en la playa de Bufadero, que estaba a unos 3 kilómetros de Santa Cruz, y avanzar por tierra hasta la ciudad, donde debía unirse con la escuadra de Troubridge y asaltar el castillo y el puerto. El resto de la flota debía permanecer en el mar, y apoyar el ataque con sus cañones, y evitar la llegada de refuerzos enemigos.


Batalla de Santa Cruz de Tenerife


El desarrollo de la batalla

El intento de conquista de Tenerife por parte de Nelson se inició el 22 de julio de 1797, cuando la flota británica llegó a las aguas de la isla, y se dispuso a ejecutar el plan de ataque. Sin embargo, el plan se vio frustrado por varios imprevistos, que impidieron el éxito de la operación, y que provocaron la derrota de los atacantes.



  • El primer imprevisto fue que la isla de Tenerife no estaba tan indefensa como Nelson creía, sino que estaba preparada para resistir un ataque, gracias a la previsión y al valor de sus defensores. Los defensores de la isla estaban al mando del general Antonio Gutiérrez, que era el capitán general de Canarias, y que contaba con unos 9.000 hombres y unos 100 cañones, que se distribuían entre las milicias locales, los voluntarios patrióticos, los regulares españoles, los artilleros franceses y los marineros ingleses prisioneros. Los defensores de la isla también contaban con el apoyo de la población civil, que se movilizó para colaborar en la defensa, y con el refuerzo de una fragata española, la San José, que llegó a la isla el día antes del ataque, y que aportó más hombres y más armas. Los defensores de la isla habían fortificado la ciudad y el puerto de Santa Cruz, y habían instalado baterías de cañones en los puntos estratégicos, como el castillo de San Cristóbal, el castillo de San Juan, el castillo de San Andrés, el castillo de Paso Alto, el castillo de San Miguel y el castillo de San Pedro.

  • El segundo imprevisto fue que el desembarco de las tropas británicas no fue tan rápido ni tan decidido como Nelson esperaba, sino que se vio dificultado por las condiciones del mar, por la resistencia de los defensores y por la confusión de los atacantes. El desembarco de la escuadra de Troubridge se retrasó por la mala mar, que impidió que los botes se acercaran a la playa de Valleseco, y que obligó a los soldados a saltar al agua y a nadar hasta la orilla, donde fueron recibidos por el fuego de los cañones y de los fusiles de los defensores, que les causaron numerosas bajas y les impidieron avanzar hacia la ciudad. El desembarco de la escuadra de Nelson se adelantó por la impaciencia de Nelson, que quiso aprovechar la oscuridad de la noche para sorprender a los defensores, y que ordenó a sus botes que se dirigieran a la playa de Bufadero, sin esperar a la señal convenida, lo que provocó que se dispersaran y que se perdieran en la oscuridad, y que algunos de ellos se dirigieran por error a la playa de San Andrés, donde fueron recibidos por el fuego de los cañones y de los fusiles de los defensores, que les causaron numerosas bajas y les impidieron desembarcar.


Antonio Gutiérrez de Otero


  • El tercer imprevisto fue que el apoyo de la flota británica no fue tan efectivo ni tan decisivo como Nelson pensaba, sino que se vio neutralizado por la artillería y por la estrategia de los defensores, que supieron aprovechar su ventaja y su conocimiento del terreno. El apoyo de la flota británica se vio obstaculizado por el viento, que soplaba en contra de los navíos, y que les impedía acercarse a la costa y apuntar con precisión sus cañones, y por el fuego de los cañones de los defensores, que disparaban desde las alturas, y que causaban daños y bajas en los navíos y en los botes. El apoyo de la flota británica se vio frustrado por la maniobra de los defensores, que utilizaron la fragata San José y un bergantín capturado a los británicos, el Fox, para simular una salida al mar, y que provocaron que los navíos británicos se alejaran de la costa y se concentraran en perseguirlos, dejando sin cobertura a los botes que intentaban desembarcar.



  • El cuarto imprevisto fue que la suerte y el azar no acompañaron a Nelson, sino que le jugaron una mala pasada, que le costó la pérdida de su brazo y el fracaso de su operación. La mala suerte de Nelson se manifestó cuando su bote, que se había dirigido por error a la playa de San Andrés, fue alcanzado por un disparo de cañón, que le destrozó el brazo derecho, y que le obligó a retirarse y a ser trasladado al navío insignia, el Theseus, donde le amputaron el brazo sin anestesia, y donde sufrió un gran dolor y una gran hemorragia. El azar de Nelson se manifestó cuando su segundo al mando, el capitán Samuel Hood, que había desembarcado en la playa de Bufadero, y que había conseguido llegar hasta las afueras de la ciudad, se encontró con una bandera blanca, que creyó que era una señal de rendición de los defensores, y que resultó ser una señal de parlamento de los atacantes, que habían sido capturados por los defensores, y que habían negociado una tregua con el general Gutiérrez, que les ofreció un trato generoso y honorable, que consistía en devolverles los prisioneros, los heridos y los navíos, a cambio de que abandonaran la isla y no volvieran a atacarla.


Nelson herido en Tenerife


El resultado de la batalla

El intento de conquista de Tenerife por parte de Nelson se saldó con una derrota humillante para los británicos, que tuvieron que retirarse de la isla, sin haber conseguido su objetivo, y con un balance de unas 400 bajas, entre muertos, heridos y prisioneros, y de dos navíos dañados, el Leander y el Fox. La derrota de los británicos fue una victoria heroica para los españoles, que consiguieron defender la isla, con un balance de unas 200 bajas, entre muertos y heridos, y de una fragata dañada, la San José. La victoria de los españoles fue celebrada con júbilo por la población de la isla, que se sintió orgullosa de su resistencia y de su valor, y que honró a sus defensores, especialmente al general Gutiérrez, que fue nombrado marqués de Branciforte, y al teniente de artillería Luis de la Cruz, que fue el autor del disparo que hirió a Nelson, y que fue ascendido a capitán.

El intento de conquista de Tenerife por parte de Nelson fue un fracaso, que tuvo consecuencias negativas para Nelson, que perdió su brazo derecho, que era su principal arma y su símbolo de autoridad, y que sufrió un duro golpe en su orgullo y en su prestigio. El fracaso de Nelson también tuvo consecuencias negativas para Gran Bretaña, que perdió una oportunidad de debilitar a España y de ampliar su imperio, y que tuvo que reconocer el valor y el honor de sus enemigos. 

El fracaso de Nelson fue un revés, pero no el fin de su carrera, ya que Nelson se recuperó de su herida, y volvió a la acción, con más determinación y más ambición, y consiguió nuevas victorias, como la batalla del Nilo o la batalla de Trafalgar, que le hicieron olvidar su fracaso en Tenerife, y que le convirtieron en uno de los héroes nacionales de su país, y en uno de los almirantes más famosos y admirados de la historia.


Comentarios

Entradas populares de este blog

LA REVOLUCIÓN DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL: BENEFICIOS, DESAFÍOS Y PERSPECTIVAS

La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser solo un tema de ciencia ficción para convertirse en una realidad presente en todos los ámbitos. La IA tiene un enorme potencial en campos tan diversos como la industria y la medicina, pero también genera debates sobre su implementación. Revolución tecnológica     No cabe duda que la  inteligencia  artificial  (IA)  ha supuesto toda una revolución tecnológica desde que la informática hizo su aparición. Dicen los expertos que tal es así que va a cambiarlo todo,  y  de hecho, ya lo está haciendo.     Desde hace apenas unos pocos años, casi nada se sustrae ya a la inteligencia artificial. La podemos encontrar en multitud de facetas, en los móviles, la banca (que por ejemplo puede determinar si nos concede un crédito o no), los videojuegos, los ordenadores, la atención  al clientes , en l os   sistemas  de  reconocimiento  facial  ( que  utilizan   aeropuertos  y  fuerzas  de  seguridad ), en m icrosegmenta ción  ( anuncios u ofertas personal

¿QUIÉNES FUERON LOS ESCRIBAS?

https://ajestigie.com/link?z=4913003&var={SOURCE_ID}&ymid={CLICK_ID} En la antigüedad, los escribas no sólo eran un colectivo que se encargaba de copiar a mano libros y realizar trabajos escribano, sino que también eran contables, arquitectos, administradores, bibliotecarios e incluso literatos. A pesar de proceder en su mayoría de estratos humildes, los escribas fueron adquiriendo una enorme relevancia social y política como casta especial. Escriba egipcio El escriba egipcio, una casta especial E l escriba era esencial en la sociedad del Antigua Egipto. Era un personaje culto  capaz de escribir, clasificar, contabilizar y copiar  utilizando varios tipos de escritura  ( como la hierática o demótica), conocedor del arte de la construcción y de transcribir rápidamente órdenes, documentos legales y pensamientos sobre papiros y ostracas con ayuda de un cálamo y su paleta con tintas de diferentes colores. Su trabajo era remunerado. Aunque realizaba su trabajo

MARGARET KEANE: LA PINTORA DE LOS OJOS GIGANTES

Margaret Keane es esencialmente una retratista al óleo cuyos personajes preferidos son mujeres, niños y animales domésticos. La característica principal de esta pintora estadounidense es que en todos sus cuadros los protagonistas aparecen con enormes y tristes ojos. Margaret Keane Historia de un vil engaño Margaret Doris Hawkins (Nashville, Tennesse, USA, 1927) siempre le gustó pintar grandes ojos en sus retratos. De pequeña era conocida en la iglesia local por sus bocetos de ángeles con grandes ojos. Se casó joven y en 1950 tuvo a su primer y única hija, Jane. El matrimonio no duró mucho. Tras su separación Margaret contraje nuevas nupcias en 1955 con un agente inmobiliario llamado Walter Keane. Su nuevo esposo vio en los cuadros de Margaret un filón y dejó su negocio para dedicarse    a vender estos en forma masiva en grandes almacenes, libros de cómic y revistas. Mientras, Margaret continuó perfeccionando su técnica, pero simplemente firmaba co